Este vínculo había sido ya planteado en investigaciones anteriores, pero en todas ellas se había analizado una muestra sólo de mujeres al considerarse los trastornos alimenticios como un mal exclusivamente femenino. En este estudio, sin embargo, se observó a 6.000 gemelos adultos de ambos sexos con el fin de distinguir claramente qué factores se deben a la genética y cuáles a factores externos.
Los resultados mostraron que una gran parte de quienes padecían alcoholismo también sufrían desórdenes alimenticios como ingesta descontrolada, anorexia o bulimia. Los científicos detectaron una correlación genética de un 0,26 sobre 1 entre ambos trastornos, una cifra moderada que requiere de otras investigaciones en profundidad para conseguir cierta relevancia.
Estas conclusiones evidencian la necesidad de un tratamiento conjunto de ambas patologías que facilite la rehabilitación de los pacientes.
Fuente: muy interesante
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