La corteza del árbol gigante fue enviado a San Francisco para exhibición. Esa especie de árbol sólo era conocida por los nativos americanos hasta que esa primavera un cazador que perseguía a un oso en Sierra Nevada, se topó con uno de estos árboles.
Ese mismo año derribaron otro árbol que fue exhibido en el London’s Crystal Palace, causando gran revuelo, antes de ser incendiado en 1855.
El destino trágico de estos dos árboles puso los cimientos para que eventualmente se creara el sistema nacional de parques de Estados Unidos, ya que los medios de comunicación difundieron la reacción negativa de algunos ante la destrucción de los Mammoth trees y provocaron un efecto en algunos políticos.
Uno de los primeros reportes que apareció en una publicación con difusión significativa, el 1 de octubre de 1853, gracias al editor de Gleason’s Pictorial Drawing Companion, Maturin M Ballou, fue una ilustración de “el árbol más grande descubierto” acompañada del siguiente texto:
“A nuestro juicio parece una idea cruel, un perfecto desacato, cortar un árbol tan espléndido. En Europa, tal maravilla natural habría sido protegida, si fuera necesario, por la ley; pero en esta sociedad mercantil y permisiva, se pagan de 30 a 40 mil dólares por cortar árboles. Esperamos que a nadie se le ocurra comprar las cataratas del Niágara. Ya en serio, ¿qué podría motivar a algún mortal a hacer tal especulación con una montaña de madera? En su esplendor natural,con su majestuosa cabeza hacia el cielo y su vigor y fuerza, para algunos, es un monumento a su avaricia.”
En 1864 vino el punto culminante, cuando John Conness, el senador de California, dio un discurso en el Congreso pidiendo a sus compañeros que aceptaran una propuesta de ley, para proteger el Yosemite Valley y sus bosques de sequoias. En su discurso, Conness hizo referencia directa los árboles muertos de Calaveras.
“Algunas partes de árboles del bosque de Calaveras fueron cortadas y expuestas en la World’s Fair de Londres. Los ingleses que asistieron declararon que se trataba de una invención Yankee, que no podía ser posible que tales árboles crecieran en el país, y pese al costo de la transportación del árbol, no fue posible convencerlos de que tal espécimen es estadounidense. El propósito de esta propuesta de ley es preservar uno de nuestros bosques y protegerlo de la devastación. La necesidad de cuidar estas maravillas es evidente.”
La ley pasó y el Yosemite Grant representó el primer parque nacional oficial de Estados Unidos en 1872.
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