Onassis fue enviado a Argentina a hacer fortuna en 1923; y lo consiguió mediante un negocio de importación de tabaco oriental. Convertido en millonario a finales de los años veinte, no sólo superó la crisis económica iniciada en 1929, sino que aprovechó la depresión mundial de los años treinta para comprar y construir a bajo precio buques de carga, con los que constituyó una flota consolidada y extendida en los años de la Segunda Guerra Mundial (1939-45).
En 1946 se casó con la hija de un importante armador griego, de la que se divorció poco después para iniciar un romance con la cantante lírica María Callas. Se convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo merced a su negocio de armador, aunque adquirió también inmuebles, salas de espectáculos y hoteles, incluido el mítico Casino de Montecarlo (1953).
Mantuvo relaciones de colaboración con el Estado griego desde los tiempos en que le representó como cónsul en Argentina hasta que, en 1957, obtuvo la concesión de las líneas aéreas griegas (fundando la compañía Olimpic Airways). En 1968 se casó con la viuda del asesinado presidente norteamericano Kennedy.
A pesar de todo su éxito, el final de su vida se vio sumido por la tragedia. Su hijo heredero falleció con tan sólo 23 años de edad, su hija constantemente lo desafiaba y poco le faltó para perder su fortuna e imperio, debido a una alianza que decidieron pactar sus competidores, lo que logró rehuir gracias a la nacionalización del Canal de Suez por parte del gobierno de Nasser en Egipto.
Falleció poco tiempo después, el 15 de marzo de 1975, a causa del deterioro físico causado por su constante hábito de fumar habanos, lo cual le condujo a una neumonía, y por el desgaste que le implicó el estrés de sus últimos días.
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