El Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, con sede en París, anunció su decisión tras evaluar 60 manifestaciones culturales postuladas. La selección de Venezuela se logró unánimemente, sin que alguna otra delegación presentará objeciones.
El pasado fin de semana viajaron a Francia 22 representantes de las once cofradías de los Diablos danzantes de Corpus Christi. Incluso, desde el día lunes, ofrecieron una muestra de la festividad compuesta por videos, fotografías, máscaras y trajes, donde se resaltan los elementos de origen africano, indígena y europeo de esta manifestación.
El viceministro de Identidad y Diversidad Cultural, Benito Irady, explicó -días atrás- que la Unesco estudiaba cinco condiciones fundamentales de los Diablos Danzantes: demostrar que son una manifestación transmitida de generación en generación, de reconocimiento nacional, inscrita como Patrimonio Cultural de Venezuela, con protección y apoyo del Gobierno y con amplia participación en la elaboración del expediente entregado al organismo de la ONU.
La enviada especial de teleSUR a Francia, Madelein García, informó, que “una vez nombrada la postulación de Venezuela como Patrimonio Inmaterial de la Unesco se contagió la alegría en el plenario, lo que representó un momento único, esperado no solo por Venezuela, sino también por otras delegaciones que deseban conocer de qué se trataban los Diablos Danzantes del Corpus Christi”.
García añadió que “esta tradición se ha mantenido durante 400 años y cumplió con los requisitos propuestos por la Unesco, entre ellos, pasar de generación en generación, permanecer en el tiempo, contar con la participación de la humanidad y demostrar que no es algo impuesto”.
Uno de los integrantes de las cofradías presentes en la sede de la Unesco, Juan de Dios Mijares, manifestó que el nombramiento "representa una victoria para Venezuela, para todo su pueblo y para todas las organizaciones que nos estuvieron ayudando”.
Selección de postulaciones
Más temprano, el presidente de la Comisión Salvaguarda, Víctor Rago, explicó este miércoles en entrevista exclusiva para teleSUR el proceso de selección de cada una de las 32 postulaciones para Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.
“Se ordena todo el material con el órgano subsidiario, el cual es un equipo técnico compuesto por seis países que evalúan individualmente las postulaciones y proceden a hacer una reunión en la que tratan de ponerse de acuerdo para emitir una opinion positiva o negativa sobre cada postulación”.
Rago agregó que “las 32 postulaciones integran la llamada lista representativa del Patrimonio cultural de la humanidad. Es una lista no exhaustiva que debe componerse de manifestaciones que se consideran representativas, de acuerdo a la aptitud del ser humano para vivir en su comunidad”.
Añadió que “cada postulación que integra la lista representativa compromete al Estado parte que ha hecho la postulación a que mantenga el desarrollo de políticas y actividades de preservación que permitan la continuidad de dicha manifestación cultural y velar por mantener la diversidad de expresiones culturales para salvaguardar patrimonios”.
Diablos Danzantes en toda Venezuela
En Venezuela los Diablos Danzantes se celebran en los estados Aragua (Turiamo), Cojedes (Tinaquillo), Guárico (San Rafael de Orituco); en la costa central: Vargas (Naiguatá) y Carabobo (Puerto Cabello y Patanemo) y en San Francisco de Yare de Los Valles del Tuy (Miranda) y ha sido transmitida de generación en generación desde el año 1620.
Cada jueves de Corpus Christi (después del Jueves Santo) los Diablos Danzantes, visten trajes coloridos (usualmente de rojo), capas y máscaras de apariencia grotesca, además de adornos como cruces, escapularios, rosarios y otros amuletos.
Los Diablos danzan al son del repique de la caja -un tambor típico- y se desplazan por las calles del pueblo, simulando espantar a los lugareños, para luego arrodillarse frente a la iglesia, permaneciendo postrados en señal de respeto al Santísimo, mientras el sacerdote los bendice.
La música y el baile continúan, mientras los Diablos, quienes pagan una promesa religiosa al convertirse en demonios de rojas vestiduras y coloridas máscaras, visitan las casas de algunos diablos difuntos.
Finalmente, la celebración culmina al final de la tarde con el sonar de las campanas de la iglesia, dispersándose hasta el próximo año, cuando volverán a representar este rito, en el que “el bien debe prevalecer sobre el mal”.
@Culturizando
Fuente: Telesur
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