Por ejemplo, según señala, las últimas palabras de Cristo en la cruz: ‘’Eli, Eli, lamma sabachtani’’, habrían de haber sido traducidas como: ‘’¡Dios mío!, ¡Dios mío!, ¡mi destino ha sido cumplido!’’, y no el habitual: ‘’¡Dios mío!, ¡Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?’’. De igual modo, según Lomsa, lo que ‘’será más fácil que pase por el ojo de la aguja que un rico entre a los reinos de los cielos’’ no sería ‘’un camello’’, según la traducción habitual, sino ‘’una cuerda’’.
Por Ángel Daniel Fernández @andafero
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