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miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿Fue la maldición de Tutankamón un rito satánico de Aleister Crowley?

Detrás de las misteriosas muertes ligadas a la apertura de la tumba de Tutankamón ocurridas en la década de 1920 en Londres, podría encontrarse la venganza intelectual de “la Gran Bestia”. Así lo reseña la web pijamasurf.com

Uno de los hitos arqueológicos más fascinantes del siglo XX fue la apertura de la tumba de Tutankamón en 1922 por parte de un grupo de egiptólogos ingleses comandados por Howard Carter. Y más allá del atractivo simbolismo por la fastuosidad funeraria que rodeaba al joven faraón, el hecho quedó impreso en la imaginaria colectiva por las misteriosas muertes sobrevenidas pocos después del descubrimiento en todos los involucrados. Se habló entonces de la llamada “maldición de Tutankamón”, según la cual todos los que hubieran violado el reposo último del faraón morirían de una muerte terrible.

Y aunque para explicar estos decesos se invocaron hongos, mosquitos y otras causas más o menos racionales y científicas, ahora un investigador inglés propone que las muertes de Carter, Lord Carnarvon y otros, podrían considerarse más bien asesinatos, cuyo autor sería nada menos que “la Gran Bestia”, Aleister Crowley.

De acuerdo con Mark Beynon, al menos seis de estas muertes asociadas a la maldición de los faraones (las ocurridas en Londres) habrían formado parte de un ritual satánico presidido por Crowley, a quien Beynon señala —luego de indagar en sus diarios, sus libros y los informes de investigación de las muertes— como el autor intelectual de estas: Crowley como un imitador obsesionado con la figura y la labor de Jack el Destripador.

Beyno asegura que los motivos de este que para algunos fue el último gran mago estarían relacionados con la mitología personal y la filosofía que Crowley elaboró tomando varios elementos de la antigua religión egipcia. Dado que se creía a sí mismo el profeta de una nueva era de libertad personal (dominada por Horus, el dios-halcón del panteón egipcio), Crowley probablemente consideró el proyecto arqueológico de Carter como un sacrilegio y buscó venganza, afirma Beyno.

El libro donde expone esto se titula London’s Curse: Murder, Black Magic and Tutankhamun in the 1920s West End, y fue publicado la semana pasada por The History Press.

Fuente: Pijamasurf.com





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