A partir de ese momento el hábito adquiere cierto automatismo, y no hace falta voluntad, ni tan siquiera pensar en ello intencionadamente, para poder repetir dicho comportamiento. Los sujetos del experimento probaron que es válido tanto para hábitos saludables relacionados con la alimentación como con la rutina de practicar ejercicio a diario, por ejemplo 15 minutos de carrera antes de la cena. Por término medio, los hábitos relacionados con el ejercicio físico tardaban más en adquirirse de manera firma que, por ejemplo, incorporar la costumbre de comer una pieza de fruta cada día.
Con solo 28 días, como se pensaba hasta ahora, las neuronas no asimilan lo suficiente un determinado comportamiento y es fácil abandonarlo, aclaran los autores.
Fuente: Muy Interesante
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