Es muy probable que los miles de corredores que han participado en maratones como el de la ciudad de Nueva York, crean que están fortaleciendo su sistema cardiovascular. Pero una nueva investigación sugiere que la tensión de una carrera de 42.1 kilómetros (26.2 millas) puede causar daños temporales en el músculo cardiaco.
Eso es lo que el Dr. Eric Larose, del Instituto Cardiaco y Pulmonar de Quebec de la Universidad de Laval, halló al estudiar a 20 corredores de maratón, de 18 a 60 años de edad, que habían corrido cada uno un promedio de 8 maratones. Larose evaluó a los deportistas antes y justo después del maratón de la ciudad de Quebec, y de nuevo tres meses después.
Resulta que el ejercicio extenuante puede dañar el tejido cardiaco, causando inflamación y otros problemas, sobre todo en los corredores con un nivel de forma física menor y con menos entrenamiento, según informa Larose en la edición de octubre de la revista Canadian Journal of Cardiology.
No obstante, hizo hincapié rápidamente en que "no se produce un daño permanente". Aun así, dijo, "hay que pagar un precio por correr un maratón; hay un precio para todo el mundo".
En el momento más alto de su entrenamiento, los hombres y mujeres del estudio de Larose corrían aproximadamente unas 8 horas y recorrían unos 61.1 kilómetros (38 millas) a la semana de promedio. Larose usó IRM, análisis de sangre y otras mediciones a fin de evaluar la función cardiaca de los corredores.
Después de la carrera, la mitad de los corredores experimentó una reducción en las funciones ventriculares izquierda y derecha, lo que se define como la operación de las cámaras de bombeo del corazón que lleva la sangre a los pulmones y al resto del cuerpo.
Cuando un área grande del corazón se veía afectada, también se producía hinchazón y una reducción del flujo sanguíneo.
Los cambios en el corazón eran más habituales en los corredores que tenían un nivel de forma física más bajo y que habían entrenado menos. Pero el daño era temporal. Por ejemplo, a los 10 corredores que presentaban una reducción del ventrículo izquierdo se les realizó una IRM tres meses después y en todos los casos la función había vuelto a los valores anteriores a la carrera.
"La edad no fue un predictor" de los problemas cardiacos, indicó Larose. El entrenamiento sí lo fue. Cuanto menos entrenaban los corredores, más cambios se producían en el corazón.
"Si no se entrena lo necesario, se producirán estos cambios", señaló.
Los entrenadores recomiendan que la distancia recorrida aumente progresivamente en los entrenamientos para aclimatarse a las distancias más largas. Hay programas de entrenamiento ampliamente disponibles en línea para los corredores novatos y veteranos.
Dos expertos que revisaron la investigación reaccionaron de manera opuesta al hallazgo.
"Este estudio ayuda a evaluar con mayor profundidad los peligros cardiacos potenciales causados por un ejercicio de resistencia excesivo", comentó el Dr. James O'Keefe, cardiólogo deportivo en el Instituto del Corazón Mid-America de Kansas City, Misuri.
Respaldó la idea de realizar un ejercicio vigoroso, pero estuvo en desacuerdo con que más sea mejor. "Haga aproximadamente de 30 a 60 minutos de ejercicio entre moderado e intenso al día, o 150 minutos acumulados a lo largo de la semana", recomendó.
O'Keefe aconseja a los que quieran correr la maratón que "entrenen de forma adecuada y entonces lo hagan. Pero luego táchelo de su lista de cosas que hacer antes de morir y mantenga una rutina regular de ejercicio moderado".
Para los que sean muy competitivos, sugiere que corran 5 o 10 kilómetros o algún medio maratón ocasional.
"Tengo la sensación de que está en el rango más alto de lo que no daña al corazón", indicó O'Keefe sobra la distancia de 21 kilómetros (13.1 millas). "Aun así, no recomendaría medios maratones de forma regular, sobre todo a partir de los 45 años de edad". Aconsejó que se hicieran, como mucho, uno o dos medio maratones al año.
La perspectiva de otro experto fue distinta.
"No creo que sea una razón para preocuparse", afirmó el Dr. James Eichelberger, profesor asociado de medicina en la división de cardiología de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Rochester, en Nueva York. Se mostró de acuerdo en que el entrenamiento es crucial para minimizar los problemas cardiacos.
"Todos los hallazgos [del estudio] eran leves y transitorios", indicó Eichelberger. "Hay poco riesgo. Si quiere evitarlo, hacer ejercicio con menor intensidad durante menos tiempo tiene sentido".
Fuente: HealthDay, traducido por Hispanicare
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