Un personaje con tales características no podía tener una muerte tradicional. El desdichado tuvo un deceso de lo más pintoresco. De acuerdo con la leyenda, y según la versión de Hermipo de Esmirna, murió cuando un águila dejó caer una tortuga sobre su cabeza calva. El águila la confundió con la roca que buscaba para partir su alimento. Al final, el águila no se salió con la suya, y Esquilo falleció con el cráneo roto.
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