Su trabajo ha recorrido el mundo, y lo que asombra no es tanto el grado de realismo (o hiperrealismo, que le llaman) de sus esculturas, sino la forma fantástica de jugar con volúmenes y escalas, modificando la proporción de las piezas de modo que el espectador sienta que es él y no las estatuas las que cambian de tamaño, siendo minúsculos en una sala y gigantes en la siguiente.
Fuente: PijamaSurf
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