Google+

martes, 12 de marzo de 2013

Concilio cadavérico: juzgado después de muerto

El Papa Formoso, papa n.º 111 de la Iglesia católica, de 891 a 896, cuenta en su currículo el haber sido el único Pontífice desenterrado para juzgarle.

Formoso coronó emperador del Sacro Imperio Romano Germánico a Arnulfo de Baviera. Tras esta coronación Formoso se enfrentó al entonces papa Juan VIII, que apoyaba a Carlos II el Calvo, lo que le valió ser expulsado de su diócesis y la excomunión. Excomunión que sería levantada, en 883, al acceder al papado Marino I, siendo restituido en su sede de Porto.

Es posible que Formoso hubiese criticado en algún sentido la actitud política de Juan VIII. Lo cierto es que la amistad de Formoso con otros elementos levantiscos de Roma fue causa de su ruina. Los partidarios de la facción teutónica, entre los cuales Formoso era de los más conspicuos, crearon grandes disturbios y fueron condenados. Formoso huyó de Roma, aumentando con ello las sospechas que de él se tenían. Fue acusado incluso de haber codiciado el solio apostólico, y Juan VIII lanzó la excomunión contra el adversario a su política francesa y le depuso. Se multiplicaron las acusaciones en su contra, pero no falta historiadores que ve en este proceso político muchos puntos oscuros y procuran la defensa de Formoso.

El mismo año de la muerte de Formoso, sube al trono pontificio Bonifacio VI con el apoyo de Lamberto de Spoleto, quien había vuelto a tomar el control de Roma al caer enfermo Arnulfo y verse obligado a abandonar Italia. Lamberto, junto a su madre Agiltrude, impulsa la realización de un juicio contra el Papa difunto, que no había apoyado a la familia Spoleto en sus reivindicaciones políticas.

El Papa llevaba sepultado nueve meses cuando Lamberto exigió que desenterrara a su predecesor y le juzgara. Fue el principio del célebre show conocido como Concilio Cadavérico, o Sínodo del Terror. En unas condiciones fáciles de imaginar, Formoso, hecho un manojo de nervios, piel y huesos, fue sentado ante un tribunal. Como es difícil sentar a un muerto, le tuvieron que atar al sillón, para que no se escurriera. Se inició un interrogatorio al cadáver, que, por su­puesto, se negaba a responder. Fue declarado culpable, e indigno servidor de la Iglesia. Luego vino lo de despojarle de las vestiduras, del solideo y de todos los símbolos de su reinado.

Fuente: wikipedia | quo.es



Culturizando no se hace responsable por las afirmaciones y comentarios expresados por sus columnistas, anunciantes o foristas; y no reflejan necesariamente la opinión de la misma.
Culturizando se reserva el derecho a eliminar aquellos comentarios que por su naturaleza sean considerados ofensivos, injuriantes, fuera de la ley o no acordes a la temática tratada.
En ningún momento la publicación de un artículo suministrado por un colaborador, representará algún tipo de relación laboral con Culturizando.



¡Comparte!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...