A partir de aquel momento la vida de Petiot mejoró considerablemente, aunque no puede decirse lo mismo de sus conocidos. Tras obtener el título de doctor, abrió su consulta en un pequeña ciudad cercana a Auxerre. Se sabía que era cleptómano, y cuando fue elegido alcalde a nadie le sorprendió que empezase a desaparecer dinero de los fondos municipales.
Petiot tuvo una amante que desapareció, y otra cuyo cuerpo sin vida fue descubierto, tras haber sido apaleada. Las autoridades no parecieron darle mayor importancia, la documentación desapareció, la investigación fue abandonada y se pasaron por alto las pruebas.
En enero de 1933, Petiot se trasladó a París y estableció una nueva consulta en el número 66 de la Rue Caumartin; en ella se ganaba un sobresueldo ilegal practicando abortos y suministrando drogas.
Tras la ocupación de París por los nazis en 1940, Petiot compró otra casa en el número 21 de la Rue La Sueur, y allí abrió una consulta de otro tipo. Haciéndose pasar por miembro de la resistencia francesa, atrajo judíos y otros fugitivos a su casa, con la promesa de que podía sacarlos de país a cambio de dinero. Muchos respondieron a su oferta, pagaron y desaparecieron sin dejar rastro.
En marzo de 1944, los vecinos se quejaron del pestilente humo que emanaba de su casa. La policía y los bomberos entraron en la vivienda y en el sótano encontraron un horno ardiendo en llamas del que asomaba un brazo humano, así como pilas de huesos y restos de cuerpos desmembrados. En el garaje las cabelleras y mandíbulas sobresalían de varios montones de cal viva.
Tras la guerra Petiot fue arrestado y procesado. Fue condenado a muerte por el asesinato de 26 de las 27 personas cuyos restos habían sido hallados en el crematorio y cámara de gas del sótano de la Rue La Seur, pero es posible que el número real de víctimas triplicase esa cifra. Petiot fue guillotinado el 25 de mayo de 1946.
Espera pronto una nueva entrega con otro de los @HorroresHumanos, que nunca deben ser olvidados, para así jamás ser repetidos.
@daormazabal
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