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martes, 6 de octubre de 2015

Horrores Humanos: La revolución francesa  

Vamos a volver unos 222 años a la Francia de Luis XVI, el país se encontraba en ruinas, hambre en las calles y mucho oro en el palacio.

La desigualdad social alcanzó niveles que hubiesen hecho que el Che Guevara saliese a la calle con un machete.

La burguesía, que representaba una buena parte del poder económico del país, comenzó a aspirar al control político de la nación.

Los intelectuales, cansados de una monarquía rígida y retrograda, comienzan a escribir sobre un nuevo futuro. Voltaire, Rousseau y Montesquieu, proclamaban los conceptos de libertad política, de fraternidad y de igualdad, así como el  rechazo a una sociedad dividida, y las nuevas teorías políticas sobre la separación de poderes del Estado.

En fin, el  conjunto de la población mostraba un resentimiento generalizado dirigido hacia los privilegios de los nobles y del alto clero, que mantenían su dominio sobre la vida pública impidiendo que accediera a ella una pujante clase profesional y comerciante.

El ejemplo del proceso revolucionario estadounidense terminó de encender la mecha que desencadenaría una de las más cruentas revoluciones de la historia.


Libertad, Fraternidad, Igualdad y Sangre

Los ideales de la Revolución Francesa descansan en una serie de pensadores. Mucho se ha escrito sobre Rousseau, Voltaire y Montesquieu, sin embargo, existe otro gran pensador de su época que contribuyó con este ideal, Donatien Alphonse Francois, Conde de Sade, más conocido como el Marqués de Sade.

Mientras que Rousseau nos habla de un  “hombre natural” que nace bueno y la sociedad lo deforma, Sade predicaba que el hombre nace solitario y egoísta. La normativa social aplaca todos estos ademanes “naturales” de desenfreno y de tendencia hacia el crimen en toda persona. Ya verán luego porque hablo del Marqués.

Bueno, pero basta de tanta filosofía, hablemos de Los Tres Estados.

Se trataba de una asamblea general extraordinaria compuesta de representantes de todos los segmentos de la sociedad francesa (salvo los más pobres) repartidos en tres estamentos: el clero o Primer Estado, la nobleza o Segundo Estado, y La burguesía o Tercer Estado. Esto era el corazón del poder en Francia, así era desde 1614 cuando se conformaron los tres estados.

Para hacer el cuento corto, la nobleza intentó sabotear el sistema de votación, lo que conlleva a una serie de disturbios liderados por algunos nobles y el sector burgués, quienes se autoproclamaron Asamblea Nacional, y se comprometieron a escribir una Constitución.

La realeza se encontraba en problemas, ya que el pueblo apoyó a esta Asamblea Constituyente, así como la mayoría de los representantes del clero y 47 representantes de la nobleza.

El 14 de julio de 1789, la Asamblea Constituyente ordena el asalto a la prisión de la Bastilla símbolo del absolutismo monárquico, pero también punto estratégico del plan de represión de Luis XVI, pues sus cañones apuntaban a los barrios obreros. Tras cuatro horas de combate, los insurgentes tomaron la prisión, matando a su gobernador, el Marqués Bernard de Launay.

Si bien sólo cuatro presos fueron liberados, la Bastilla se convirtió en un potente símbolo de todo lo que resultaba despreciable en el antiguo régimen. Retornando al Ayuntamiento, la multitud acusó al alcalde Jacques de Flesselles de traición, quien recibió un balazo que lo mató.

Su cabeza fue cortada y exhibida en la ciudad clavada en una pica, naciendo desde entonces la costumbre de pasear en una pica las cabezas de los decapitados, lo que se volvió muy común durante la Revolución.



El Gran Miedo


Parece el título de una mala película, pero El Gran Miedo, fue un movimiento campesino que comenzó el 20 de julio de 1789.

La crisis económica que marcó el reinado de Luis XVI había reducido también los ingresos de la nobleza terrateniente mientras aumentaba el costo de su lujoso tren de vida; para compensarlo, en los años que precedieron la Revolución, la nobleza había incrementado la presión fiscal y productiva sobre los campesinos de sus tierras, agravando su pobreza.

El hambre en los sectores más pobres, había llevado a muchos campesinos a formar una suerte de bandas de Robin Hoods (sin la simpatía), que azotaban los campos. Sin embargo, la incertidumbre reinante convirtió a estas pequeñas bandas en monstruos imaginarios.

Los campesinos se armaron y formaron milicias para protegerse de los eventuales bandidos. Pero como éstos resultaron ser una ficción derivada de la incertidumbre política, así que empezó a extenderse la idea de que la nobleza había hecho correr los rumores a fin de sembrar la confusión y el pánico.

El miedo se cambió en cólera, y bandas de campesinos se dedicaron a atacar castillos y abadías, llevándose el grano y quemando archivos y documentos que contenían sus deuda con los señores feudales.

El resultado: Esas revueltas precipitaron un acontecimiento que ya estaba en mente de los constituyentes, y contenido en esencia en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, cuya redacción estaba en curso.

El 4 de agosto de 1789, la Asamblea Constituyente de París suprimió los privilegios feudales y estableció la igualdad de todos los franceses ante la ley.


La Segunda Revolución Francesa



Para que no nos quedemos dormidos, adelantemos a 1792, Francia ya tenía su esperada constitución, que al principio determinaba que Francia seguía siendo una monarquía, sin embargo, el Rey debía compartir su poder con una asamblea. Posteriormente Austria le declara la guerra lo que conllevó a una crisis constitucional, que desencadenaría en la abolición de la Monarquía.

Había nacido la Primera República Francesa.

El 2 de septiembre de 1792 se ordenó degollar a 23 sacerdotes que se hallaban en prisión. A estos les siguieron un grupo de 150 sacerdotes más, que fueron asesinados en la misma capilla del convento de las carmelitas donde se encontraban prisioneros, estos fueron masacrados sistemáticamente con hachas, palos y picos.

Ese mismo día cuatro sacerdotes fueron asesinados en la iglesia de Saint-Paul Saint Louis (actual iglesia de Saint-Paul en le Marais).

Las matanzas se llevaron a cabo, durante cinco días, otras cárceles: en la Conserjería, en la Prison du Grand Châtelet, en la Forcé en Salpêtriére, Bicêtre y en la Prison des Carmes, entre otras.

Estas matanzas no se limitaron a los contrarrevolucionarios, fueron asesinados también pequeños comerciantes o artesanos, y si bien los contrarrevolucionarios fueron las primeras víctimas, la mayoría de los prisioneros por delitos comunes fueron, asimismo, ejecutados.

El 4 de septiembre en la cárcel-hospital de Salpêtriére los asesinos violaron y mataron a las prostitutas, a las locas e incluso a los niños del orfelinato.

Prisioneros militares, prostitutas, sacerdotes y todo aquel que no comulgaba con los ideales de la revolución, fueron despedazados durante estos cinco días de terror. 1.400 almas fueron el precio a pagar por la sed de sangre revolucionaria.

El 17 de enero de 1793, la Convención (órgano legislativo del estado) condenó al rey a muerte por una pequeña mayoría, acusándolo de «conspiración contra la libertad pública y la seguridad general del Estado». El 21 de enero el rey fue ejecutado, lo cual encendió nuevamente la mecha de la guerra con otros países europeos.

La reina María Antonieta, nacida en Austria y hermana del Emperador, fue ejecutada el 16 de octubre del mismo año, iniciándose así una revolución en Austria para sustituir a la reina. Esto provocó la ruptura de toda relación entre ambos países.


El Reinado del Terror

Como verán cada título se hace más tétrico que el anterior, algo así como en las películas de Martes 13. Sin embargo a diferencia de esta serie de películas esta etapa en Francia era realmente aterradora.

Los revolucionarios habían logrado su cometido, asesinaron al Rey, impusieron su constitución, es decir todos eran felices en Francia. ¡Ojalá!, el hecho es que la crisis económica de Francia seguía empeorando, a esto se le une la crisis moral que estaba gestándose    en algunas partes del país. Este es el caso de La guerra de Vandea.

La Guerra de Vandea (1793-1796) es considerada por muchos como el primer genocidio de la historia moderna.

Los Vendeanos, se declararon contrarrevolucionarios y comienzan a recibir refugiados de toda Francia, la Convención ordenó inmediatamente un contingente de 45.000 soldados para pacificar la región.

El resultado: de 800.000 personas que habitaban la región de Vandea, 450.000 perecieron en la revuelta.

El General Revolucionario Turreau, masacró a pueblos enteros llenos de personas tanto en Vandea como en Bretaña.

De un modo repugnante y vil, antes que las masacres se llevaran a cabo, todas las mujeres del poblado eran violadas.

Mujeres y niñas desde los dos hasta los 90 años eran violadas por grupos y luego les cortaban las gargantas. Se les desnudaba y eran colocadas en enormes montones de cadáveres junto con los hombres ya asesinados. Muy seguido, los cadáveres eran puestos en posiciones sugestivas y obscenas antes de ser quemados o enterrados.

Los hombres no se salvaban de estos horrores.

En el río Loira, los niños pequeños eran violados junto con las niñas y todos eran asesinados, decapitados y luego colocados en las mismas obscenas posiciones.

En Le Mans esto se manifestó de igual modo: Los varoncitos pequeños y todas las mujeres fueron violados, luego sus gargantas fueron cortadas y sus cadáveres fueron violados por segunda vez.


Maximilien Robespierre

Este personaje merece su propio aparte (así como un puesto muy caliente en el más allá).

“El incorruptible” como era conocido, fue responsable directo de alrededor de 40.000 muertes, durante el Reinado del Terror.

Este extremista hacía parecer a Hitler como un tipo moderado, llegó a mandar a matar a conocidos y amigos, que expresaron su desacuerdo con el viraje dado por la Revolución. La guillotina y la revolución eran sus únicas amigas.

A tal punto llegó el extremismo de Robespierre, que sus colegas decidieron acabar con él antes que él acabara con Francia.

La Segunda Constitución y la llegada de Napoleón

La Convención aprobó una nueva Constitución el 17 de agosto de 1795, ratificada el 26 de septiembre en un plebiscito. La nueva Constitución, llamada Constitución del Año III, confería el poder ejecutivo a un Directorio, formado por cinco miembros llamados directores.

El poder legislativo sería ejercido por una asamblea bicameral, compuesta por el Consejo de Ancianos (250 miembros) y el Consejo de los Quinientos. Esta Constitución suprimió el sufragio universal masculino y restableció el sufragio censitario o sufragio restringido.

La nueva Constitución encontró la oposición de grupos monárquicos y jacobinos. Hubo diferentes revueltas que fueron reprimidas por el ejército, todo lo cual motivó que el general Napoleón Bonaparte, retornado de su campaña en Egipto, diera el 9 de noviembre de 1799 un golpe de estado instalando el Consulado y acabando con la Revolución Francesa.

Espera pronto una nueva entrega con otro de los @HorroresHumanos, que nunca deben ser olvidados, para así jamás ser repetidos.

@elchevequebb para @Culturizando   


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