1. Procura que el fondo de los recipientes sea ligeramente superior al fuego o zona de cocción: aprovechará al máximo el calor de la cocina.
2. Habitúate a la olla a presión. Y mejor, si se trata de las súper rápidas (sin apenas pérdidas de vapor durante la cocción): consumen menos energía y ahorran mucho tiempo.
3. Tapa las cacerolas durante la cocción: consumirá menos energía.
4. En las cocinas eléctricas, utiliza baterías de cocina con fondo grueso difusor: lograrás una temperatura más homogénea en todo el recipiente.
5. Aprovecha el calor residual de las cocinas eléctricas apagándolas unos cinco minutos antes de terminar de cocinar los alimentos. Si dispones de vitrocerámica, usa el programa económico.
6. Ten siempre en cuenta que utilizar el microondas en lugar del horno convencional supone un ahorro entre el 60 y 70% de energía y un ahorro considerable de tiempo.
7. Procura aprovechar al máximo la capacidad del horno y cocina, si es posible de una vez, el mayor número de alimentos.
8. Para cocciones superiores a una hora, no suele ser necesario precalentar el horno.
9. Evita abrir la puerta del horno innecesariamente. Cada vez que la abres se pierde, como mínimo, el 20% del calor acumulado en su interior.
10. Apaga el horno un poco antes de finalizar su cocción: el calor residual será suficiente para acabar el proceso.
@HoyVerde para @Culturizando
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