En la tradición cristiana, San Juan Bautista fue el último de los profetas antes de Jesús Cristo, cuya vida siempre estuvo signada por el misticismo, pues su inesperado nacimiento fue considerado como un milagro, al ser concebido por la ya anciana prima de María llamada Isabel, la Biblia además señala que Juan recibió al Espíritu Santo en el vientre de su madre.
Al perder a sus padres y siendo un adolescente, Juan se fue al desierto a la espera del Mesías, quien al tiempo apareció a orillas del Rio Jordán y fue bautizado por el propio Juan. Su nacimiento, místico y religioso se convirtió en una de las festividades más antiguas grecolatinas adoptada masivamente por los europeos.
En países como Venezuela, en donde esta festividad se nutre de un gran colorido, música y sincretismo religioso, el rito de la celebración tiene sus orígenes en la época de la colonia. Los colonizadores españoles exigieron a sus esclavos, la práctica de su religión y éstos la fusionaron con sus tradiciones africanas, así la fiesta de San Juan, por ejemplo en este país, es una gran fiesta de cantos, baile, fuego y tambor, desarrollándose, sobre todo, en los lugares donde había haciendas de cacao que eran los de mayor concentración de los españoles que vivían del comercio del mismo.
La Iglesia Católica, terminó por exigir a los españoles la imposición del culto a San Juan Bautista a los esclavos y éstos lo fusionaron con sus creencias, las cuales se vinculaban a elementos como el fuego, los repiques de tambores y las danzas.
Actualmente la fiesta de San Juan, en algunas regiones, se convierte incluso en un atractivo turístico, debido a la diversidad de manifestaciones que confluyen en la celebración, en la cual los ritos católicos como la petición de milagros al santo bueno, se combinan con las manifestaciones ancestrales de distintas culturas.
También el día de San Juan, suele ser vinculado con la conmemoración del día del solsticio de verano, que se lleva a cabo generalmente el 21 de junio
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