La contaminación, el abuso por parte del humano hacia los frutos de la naturaleza, la extinción de miles de especies, el excesivo uso de químicos en todo tipo de productos, etcétera. Estas prácticas tan cotidianas han deteriorado, poco a poco, varios espacios de los océanos del planeta; convirtiéndonos así en los culpables de la situación.
De acuerdo con la organización World Oceans Today, existen ciertas actividades que, sin darnos cuenta, deterioran el estado crítico de los océanos. Por ejemplo:
Conducir
Cada vez que un coche va sobre la marcha, libera emisiones de carbón por toda la atmósfera; los océanos absorben un cuarto de esas emisiones del dióxido de carbono. En consecuencia, los niveles de pH se reducen, desprotegiendo a organismos como las almejas, ostras, corales, plancton, entre otros. Cuando estos seres marinos mueren, el ecosistema resiente un fuerte cambio del que es difícil reponerse. Para prevenir esa situación, puedes empezar a caminar o a andar en bici cuando te dirijas hacia la escuela o al trabajo.
Comprar mariscos
Resulta ser que no hay tanto animales marítimos como llegamos a creer. El exceso de la pesca se debe a la combinación entre las prácticas insostenibles por parte de los comerciantes de pescado, y el colapso de los sistemas de arrecifes. Si hacemos caso omiso a esta situación, para el 2048 la tasa de mortalidad de varias especies subacuáticas podría aumentar de manera significativa. ¿Qué se puede hacer? Utiliza una guía que te ayude a consumir comida sustentable de mariscos. Pregunta acerca de las prácticas de pesca que apoyen a la sustentabilidad de la vida marítima.
El uso de pesticidas y fertilizantes
Más de 50 millones de kilos de pesticidas y fertilizantes químicos, son utilizados alrededor del mundo. Los cuales terminan en los ríos, lagos y océanos, provocando que las algas mueran y de descompongan, absorbiendo el oxígeno y creando “zonas muertas”. Y eso no es todo, los peces (así como otras especies) ingieren estos químicos, enfermándolos y… ¿qué crees? Tú consumes ese animal enfermo. La solución es sencilla, mantén tu jardín lo más orgánico posible.
Pedir para llevar
Cuando pides algún alimento para llevar, lo normal es que te ofrezcan los restos de la comida en bolsas de plástico, las cuales pueden degradarse cada 500 años. Y no sólo eso, liberan el tóxico de bisfenol A en el agua, poniendo en peligro a la vida marítima (y básicamente, a toda la vida del planeta). Las soluciones varían desde usar una botella reutilizable (no de plástico), hasta usar bolsas biodegradables o contenedores reutilizables.
Uso incorrecto de bloqueadores
Como por ejemplo: colocártelo e inmediatamente adentrarte al océano. El bloqueador es un químico, cuyo principal ingrediente es el benzofenona 2, que causa el blanqueamiento de los corales, cambiando su ADN y matando a los corales más jóvenes. Por consiguiente, cuando te apliques un bloqueador, asegúrate no adentrarte al océano durante 2 horas y después de haber sudado. Además, es recomendable usar una gorra, un paraguas y reciclar aquellas botellas de plástico del bloqueado.
Tomar algún recuerdo del mar
Cuando tomas una caminata por la playa, seguramente guardas alguna concha como souvenir. Sin embargo, cada vez que lo haces (junto con otros miles de turistas), la playa se erosiona y la biodiversidad se reduce, ya que los cangrejos, los peces pequeños y las algas dependen de las conchas para sobrevivir.
Leer el artículo y creer que el apoyo es suficiente
Para ayudar a la biodiversidad de los océanos, involúcrate a una comunidad o a una organización; realiza voluntariados en tus próximas vacaciones. Lo que hagas, recuerda que las decisiones que tomas, por más pequeñas que sean, pueden sumarse a un impacto positivo para el ecosistema.
Fuente: Ecoosfera
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