En Grecia tenían la costumbre de ofrecer dulces redondos a la diosa de la luna representando su ciclo completo.
Sobre estos dulces se colocaban velas que los adeptos soplaban para que el humo ascendiera hasta la diosa.
Esta costumbre, al igual que muchas otras, se ha extendido a otros países.
La leyenda también dice que si a la vez que se soplaban las velas se pedía un deseo este podía cumplirse.
@cafredoleon para @LaNotaCuriosa
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