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jueves, 10 de abril de 2014

Priapismo: La enfermedad de las erecciones involuntarias

El priapismo es un padecimiento bastante inusual y por lo tanto poco conocido para muchas personas. A esto ha contribuido seguramente que, al estar estrechamente relacionado con el órgano sexual masculino, las personas que lo han padecido usualmente mantienen una discreción mayor acerca el tema que lo que ocurre en el caso de otras enfermedades, lo cual obviamente no contribuye favorablemente a su divulgación. Por eso, hoy queremos hablarte de las erecciones involuntarias producidas por la enfermedad del priapismo.

El nombre de priapismo se deriva del de Príapo, denominación dada por los griegos antiguos al dios de la fertilidad, quien era representado en las pinturas y esculturas como un hombre con un falo enorme y erecto, símbolo de la fecundación. Así, desde el punto de vista clínico, el priapismo se define como un padecimiento caracterizado por la presencia en el hombre de una erección no deseada y persistente de su pene.

Existen dos variantes de priapismo, el isquémico y el no isquémico. La primera es la más común y se produce como resultado de la imposibilidad de la sangre de retirarse del interior del miembro durante un largo período de tiempo, con erecciones de 4 horas o más, produciendo un agudo dolor. Se caracteriza además porque aunque el cuerpo del pene está muy rígido, el glande aparece mucho más suave.

El priapismo no isquémico es una variante comúnmente indolora del priapismo que, por lo general, es menos duradera que su otra variante y el pene, aunque está erecto, no presenta la rigidez que caracteriza al priapismo isquémico.

¿Qué puede causar el priapismo?

Este trastorno, que puede presentarse a cualquier edad, incluso en niños, puede ser provocado por causas muy diversas. Entre las principales causas del priapismo se encuentran algunas enfermedades de la sangre, como pueden ser la leucemia o la anemia falciforme, en la cual los glóbulos rojos se encuentran deformados y pueden bloquear el correcto flujo de la sangre en los vasos.

Otras causas reconocidas de priapismo pueden ser las lesiones del pene, de la pelvis, la uretra o el perineo, así como daños de la médula espinal, el veneno de algunos animales como ciertos escorpiones, las drogas, el alcohol, algunos medicamentos anticoagulantes como la heparina u otros empleados para tratar la disfunción eréctil.

¿Cómo se trata el priapismo?

El priapismo, sobre todo su variante isquémica, debe ser tratado lo antes posible con un especialista ya que puede causar graves complicaciones para la salud del hombre. Cuando la sangre se ve imposibilitada de abandonar el tejido esponjoso del pene, poco a poco va perdiendo el oxígeno que contiene y se convierte en un líquido tóxico para el organismo, el cual comenzará a mostrar síntomas de infección.

En caso de no acudir al médico a tiempo, el priapismo puede provocar una disfunción eréctil permanente, cambiar la forma del pene o, incluso, en casos extremos, podría ser necesario amputar el pene.

El tratamiento adecuado se ajustará siempre a la causa que ha provocado el trastorno, pero en muchos casos se realiza una técnica de emergencia que consiste en aspirar y extraer la sangre acumulada, aunque también pueden ser inyectados algunos medicamentos que actúan directamente sobre los vasos sanguíneos permitiendo que se reanude el flujo correctamente. También pueden ser necesarias algunas cirugías si hablamos de lesiones físicas en alguna estructura anatómica, entre otros.

Por último, solo señalar que aunque la erección involuntaria y permanente de la que hablamos puede venir seguida de la erección normal que se produce durante el acto sexual, puede aparecer también durante el sueño o en cualquier momento del día sin necesidad de un estímulo sexual previo.

Fuente: Ojo Científico





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