Los romanos solían representar a esta diosa como una hermosa doncella desnuda, colocada sobre una rueda en movimiento, con alas en la espalda y en los pies para indicar la volatilidad de las ocasiones. Alrededor de la frente la diosa solía mostrar una abundante cabellera, pero por detrás se la representaba completamente calva, indicando de este modo la facilidad con que uno coge las ocasiones cuando las tiene frente a sí y la imposibiidad de coger las ocasiones una vez que ya han pasado.
Esta representación de la Ocasión con ese corte de pelo tan extraño la podemos encontrar en el Quijote (2.31) cuando se dice que Sancho "tomaba la ocasión por la melena en esto de regalarse cada y cuando se le ofrecía".
Fuente: Entre Dichos
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