1. Como todos los planetas del Sistema Solar, la Tierra está en una órbita elíptica alrededor de nuestro Sol. Debido a que su órbita es casi circular, tanto el punto más lejano como el más cercano entre ella y el Sol tienen una distancia muy corta entre sí. Por otra parte, se sabe que el mundo en el que habitamos gira alrededor del “Astro Rey”, pero lo que se desconoce es que, en verdad, lo hace a una gran velocidad. A pesar de que parezca estar quieto, el globo rota a 67 mil kilómetros por hora.
2. El físico inglés William Gilbert fue el primero que postuló la teoría del magnetismo de la Tierra, en el año 1600. Nuestro planeta está rodeado por un potente campo magnético, tal como si el mundo tuviera un imán gigante en su interior. Estos polos llevan el nombre de polo norte y polo sur, aunque en realidad su poder de imantación es opuesto al que indican sus nombres.
3. Al contrario de lo que se ilustra, la Tierra no se asemeja a una naranja, sino que tiene forma de pera. Cálculos basados en las perturbaciones de las órbitas de los satélites artificiales revelan que en el Ecuador se engrosa 21 kilómetros, mientras que en el Polo Norte el planeta está dilatado 10 metros. Por el contrario, en el Polo Sur está hundido unos 31 metros. Cabe destacar que la mayor reserva de agua dulce se concentra en el hemisferio austral.
4. Entre las creencias de cómo se formaron la Tierra y la Luna, científicos de Harvard propusieron que la Luna fue parte de nuestro planeta, pero se separó después de que éste chocara con otro cuerpo. Ese estudio, que había sido publicado en la revista “Science”, postuló que el mundo giraba mucho más rápido en el momento en que se formó la Luna, y un día llegó a durar entre dos y tres horas. Con la Tierra rotando tan rápidamente, un impacto gigante podría haber lanzado suficiente material del globo para formar el satélite.
5. Una nueva investigación de científicos estadounidenses indica que el mundo tuvo dos lunas. La actual sería en realidad un “gemelo” de otro de cuerpo más pequeño que existió unos pocos millones de años antes de chocar con la Luna para luego desaparecer. Ambas lunas giraban en la misma órbita a igual velocidad y distancia de la Tierra. Este trabajo será expuesto durante la reunión de la Royal Society por su autor principal, Erik Asphaug.
6. El “Astro Rey” es una enorme bola de gases, precisamente de hidrógeno y helio que se ubica a 27.000 años luz de nuestra Galaxia. Contrario a la creencia medieval de un universo heliocéntrico, esta estrella es un punto perdido en la Vía Láctea. La Tierra gira en órbita en torno al Sol a una velocidad de 30 kilómetros por segundo. Su superficie es tan grande que en su volumen nuestro planeta entra unas 1.200.000 veces.
7. Un grupo de científicos planteó que existe una relación entre las variaciones de la órbita terrestre, el cambio climático y la extinción de algunas especies. El equipo se centró en estudiar datos recopilados sobre mamíferos que habitaron lo que hoy es España y los cruzó con la teoría de Milankovich sobre la baja frecuencia de las variaciones orbitales. Indicaron que ellas provocan situaciones climatológicas extremas que coinciden con la extinción de los mamíferos estudiados. Las conclusiones fueron publicadas en la prestigiosa revista "Nature".
8. Si se colocara a un observador hipotético en el espacio, la Tierra se vería como un punto azul en el cosmos. Gracias a esta característica, lograda porque el planeta tiene una capa de gases llamada atmósfera, la Tierra puede estar habitada. Este color se refleja en el agua, que ocupa siete de cada diez partes de la superficie planetaria. La atmósfera permite que el planeta no se caliente demasiado durante el día ni se enfríe de más durante la noche.
9. Las características de la Tierra hacen que esté habitada por millones de especies, incluyendo los seres humanos. Se calcula que el planeta se formó hace aproximadamente 4567 millones de años, pero la vida surgió mil millones de años después. Hoy el globo es el único cuerpo astronómico donde se conoce la existencia de vida y esto se da gracias a la biosfera. Sin embargo, se estima que en 500 millones desaparecerán todas las especies porque la luminosidad del Sol terminará por destruir esta capa.
10. Cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, ocurre un eclipse lunar. Durante este fenómeno, la sombra de nuestro planeta es la que oculta al satélite y hace que se oscurezca. Esto puede ocurrir sólo cuando hay luna llena. Los eclipses lunares pueden dividirse en totales, parciales o penumbrales. Todo depende de si la Luna pasa en su totalidad o en parte por el cono de sombra proyectado por la Tierra, o si únicamente lo hace por la zona de penumbra.
Fuente: Ehow
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