El orgasmo parece ser algo tan raro para las mujeres -sólo el 25% llega al clímax siempre cuando tiene relaciones sexuales, frente a un 90% de los hombres-, y al mismo tiempo, su cuerpo les permite tener no uno, sino varios orgasmos al mismo tiempo.
El orgasmo en la mujer no tiene una función biológica, ya que puede quedar embarazada sin llegar al clímax. Durante el sexo, la circulación sanguínea en los genitales femeninos aumenta, la vagina comienza a lubricarse y su tamaño crece ligeramente. Aumenta el ritmo cardíaco y la respiración, y se producen contracciones de los músculos del área. La vagina, el ano y el útero se contraen al mismo tiempo en intervalos de 0,8 segundos y en diferentes intensidades: un orgasmo corto puede durar entre tres y cinco contracciones, mientras que uno intenso puede tener hasta diez.
En el cerebro, algunas áreas literalmente se desconectan: estudios recientes muestran que el área del miedo y las emociones se apaga momentáneamente durante estos segundos.
Luego de este pico, el cuerpo entra en un estado de relajación, aunque muchas mujeres coinciden en que un solo orgasmo no es suficiente para liberar esa tensión sexual. Eso significa que la energía no ha bajado del todo, y es el momento de conseguir un segundo orgasmo -y tercero, y cuarto...-.
A esto se le llama período refractario: es el espacio de tiempo entre que finaliza el orgasmo y se vuelve a sentir excitación. Al no tener esto, la mujer se mantiene excitada y por ende puede tener varios orgasmos.
La mujer puede llegar al orgasmo mediante la estimulación de diferentes puntos de su cuerpo, por lo que para una multiorgásmica, lo más probable es que se tengan orgasmos en diferentes partes del cuerpo.
El orgasmo más común es el que viene de la estimulación del clítoris; luego le sigue el orgasmo vaginal, que cuesta más tiempo de conseguir pero las mujeres lo suelen sentir como más placentero.
Este tipo de orgasmo se consigue generalmente por el punto G, una zona dentro de la vagina que tiene un aspecto más esponjoso que el resto de las paredes. En algunas ocasiones -no muchas y no todas las mujeres lo logran-, pueden tener una especie de eyaculación, llamada squirting.
Recientemente también se ha descubierto el punto A, que se encuentra un poco más profundo que el G y en la pared delantera de la vagina. Lo bueno de este punto es que luego de haber alcanzado un orgasmo, no se vuelve extremadamente sensible, por lo que se puede seguir estimulando y se pueden tener otros orgasmos.
Otros puntos son el punto profundo -que se ubica casi en el cérvix-, el punto U -la pequeña área entre la uretra y la vagina-. Y aunque te parezca raro, algunas mujeres han conseguido tener un orgasmo únicamente mediante la estimulación de los pechos, la boca, la piel -especialmente mediante masajes en el cuerpo-, o la mente, a la que por algo le dicen, el órgano sexual más grande.
Fuente: Ojo Cientifico
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