El concepto de despilfarro está anclado desde varias generaciones anteriores a la nuestra. Lo cierto es que despilfarrar proviene de “pelfa” una palabra derivada del vocablo felpa. Originalmente esta palabra fue utilizada para reducir la felpa a jirones o a hilachas. Con esta idea de destrozar la vestimenta el vocablo pasó a estar relacionado a la idea de derrochar y/o malgastar las cosas.
Sin embargo, lo curioso es que esta misma asociación persiste en el argentinismo pero con otro significado sin conexión alguna. En la Argentina felpear o pegar una felpeada está relacionado con el sentido de reto o paliza.