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lunes, 11 de junio de 2012

Reflexión: ¡Juventud, tú que todo lo puedes!

OPINIÓN.- Comienzo a revisar mi facebook y me doy cuenta de que en la red se propaga, tal cual virus, un video en el que se puede apreciar una gran protesta por parte de estudiantes hacia un personaje de la vida política… Ese momento, llamados por algunos “Viernes negro”, fue el detonador para la creación de un movimiento que nació casi por accidente (habrá otros que opinen que es manipulado, sin embargo no hay una prueba fehaciente de esto) en una Institución Educativa que hasta ese tiempo, no se había destacado por expresarse duramente, a través de sus alumnos ante sucesos o personajes, y que sin embargo así tenía que ser, porque sólo lo inesperado y lo imprevisible pueden hacer un ruido notorio.

Solamente los jóvenes podían desatar un cambio, dentro de esta misma ola de cambios que se han estado viviendo en los últimos tiempos. La generación de hoy cuenta con una enorme herramienta, que es el internet y en particular las redes sociales, las cuales, como ya he mencionado anteriormente, han venido a transformar el mundo, nuestras relaciones y por supuesto la manera de comunicarnos. Esta generación solo necesitó de eso, una herramienta de organización para poder alzar la voz y que sus demandas fueran escuchadas. No son solamente un grupo de jóvenes afines a una ideología política, son jóvenes con ideas diferentes, claramente informados de los sucesos en el país y que detonaron esta protesta al tiempo que el hartazgo llegaba a su límite por el hecho de que los medios de comunicación no informen democráticamente o que la información en los medios tradicionales fluya a cuentagotas o que simplemente la información se dé a conocer a conveniencia de quien la pronuncia, sin cuidar la objetividad y neutralidad, dando clara preferencia a uno o varios partidos o personajes políticos.

Una vez organizados, se dieron cuenta de que en el país hay muchos más problemas que van mas allá de la falta o parcialidad de la información, y entonces surgieron diferentes demandas, se agruparon en mesas de trabajo, debatieron, sacaron conclusiones, pero sobre todo expusieron propuestas para la transformación democrática de México. Algunos los tomaron como revoltosos, otros como títeres de algún político, otros mas como unos simples chamacos que lo único que saben es gritar; pero entre calumnias, verdades y mentiras, fueron los jóvenes quienes lograron que los medios los escucharan y que se hiciera efectiva su primer urgente propuesta, la transmisión del debate de candidatos presidenciales en los canales y horarios de mayor audiencia de la televisión mexicana, algo que ni las mismas instituciones correspondientes consideraron. De igual manera, en estos días también se dio luz verde para que por parte del gobierno, a través de las instancias correspondientes se autorizara la licitación de dos cadenas de televisión abiertas con un 93 por ciento de cobertura del territorio. Las maniobras de los políticos, son inimaginables, pero la casualidad o para quienes prefieran, la causalidad, estos hechos no son aislados al movimiento ni a sus manifestaciones, por lo que en lo personal, me parece que esto no solo está haciendo ruido, sino que también está siendo escuchado en estos días tan cruciales en la vida política nacional.

Este fenómeno social es lo que muchos necesitaban, pero pocos esperaban, puesto que surge en un momento altamente crítico, ya que las elecciones presidenciales, principalmente, están a la vuelta de la esquina, surge en una campaña electoral en la que parecía que todo transcurriría en calma con un candidato posicionado con enorme ventaja porcentual en las encuestas, surge en un México probablemente apático, lleno de dolor, a veces también de tristeza, pero también surge en un México que jamás se cansa y que aún cuando padece de muchas carencias, injusticias y demás problemas sociales, siempre consigue salir avante y poder seguir luchando para convertirse en un mejor país.

¡Juventud divino tesoro! diría mi abuelita, esa etapa que significa una infinidad de formas, donde la principal característica es la rebeldía, “Ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica”, son las palabras de Salvador Allende. En lo personal, me parece que el surgimiento del movimiento “Yo soy 132”, llega para levantar el ánimo y revolucionar ideas de toda una población, sin distingos, pero sobre todo, llega para sacudir conciencias, ya sea a favor o en contra, llega para expresarse, para no guardar silencio, para debatir sobre los diferentes problemas por los que atraviesa el país, pero también llega para proponer, y aún con todas esas virtudes, lo más importante es que llega para ¡despertar!

Una colaboración de Mabel Almaguer @AlmMabel para @Culturizando

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