Una cesárea a mordiscos que el director nos muestra desde la perspectiva de la madre y a la que algunos expertos atribuyen varios capítulos de epilepsia fotosensible.
Pero esto tiene una explicación que va más allá de los gustos de un espectador o del guión de la película. Según varios médicos, la escena del parto de Bella, que incluye imágenes rojas, blancas y negras intercalándose, puede producir episodios de epilepsia fotosensitiva.
"Es como si una luz se encendiera y se apagara y está mandando esa señal a tu cerebro cada vez", explicó el Doctor Michael G.Chez a la CBS. "El problema en este caso es que la luz en los cines es muy oscura y esto puede suponer que la luz se convierta en flashes".
Según la teoría de este doctor, las imágenes del parto de Bella serían algo así como cuando en una discoteca se utilizan esas luces que aparecen y desaparecen y hacen que se vea todo a cámara lenta. Un efecto llamado "luz estroboscópica".
De todos modos, Amanecer no es la única película que ha causado problemas médicos a algún espectador en la sala. Durante la proyección de una de las películas de Danny Boyle, 127 Horas, en la que James Franco interpreta a un escalador que se queda atrapado en medio de dos rocas, varios espectadores vomitaron y se desmayaron.
@CapsulaCinefila
Fuente: 20minutos.es
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