Del latín “tolerans”, “tolerantis” – “soportar, cargar, tolerar”-. Hace referencia al nivel de admisión o aprobación frente a aquello que es contrario a nuestra moral. Se trata, en otras palabras, de la actitud que adoptamos cuando nos encontramos con algo que resulta distinto a nuestros valores.
Es importante tener en cuenta que la tolerancia no es sinónimo de indiferencia. Es decir, no prestarle atención o, directamente, negar los valores que defiende el prójimo no es una actitud tolerante. La tolerancia implica, en primer lugar, respeto, y en el mejor de los casos, entendimiento.
Hay que destacar que, pese a que la tolerancia invita a respetar y comprender los valores de los otros, no supone aceptar aquellos que avasallan los derechos de los demás. Si un sujeto defiende convencido la supremacía racial y busca el exterminio de quienes son diferentes, de ninguna manera significa que haya que tolerar su postura.
Con información: Definición de
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