El defensor marfileño del Liverpool inglés practica la misma cábala desde sus inicios como profesional: siempre es el último jugador en saltar al campo de juego. Ya sea con su club o el seleccionado de Costa de Marfil la costumbre se mantiene a rajatabla.
En el 2009 esa práctica le valió una tarjeta amarilla innecesaria. Touré, que en ese entonces militaba en el Arsenal de Inglaterra, esperaba fuera de la cancha a su compañero de zaga, William Gallas, mientras los médicos terminaban de atenderlo por una dolencia física. El árbitro se cansó de esperarlos y dio por comenzado el segundo tiempo. Unos instantes más tarde el marfileño ingresó al campo sin recibir autorización y fue amonestado por el referí. “Siempre soy el último en ingresar y por eso estaba esperando a William. Cuando entré a la cancha no sabía que debía hacerlo con el permiso del juez”, alegaría Touré al terminar el partido.
Fuente: Ehow
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