Pelecanus es un género de aves marinas llamadas vulgarmente pelícanos, y pertenecientes a la familia Pelecanidae. Hoy te traemos una espectaculares imágenes que comparte con nosotros el fotógrafo
Alex Brau, acompañadas de algunos datos peculiares que probablemente no sabías sobre estas hermosas aves.
Los pelícanos son famosos por sus enormes picos, pero poseen otro rasgo distintivo: a diferencia de otras aves acuáticas, tienen los cuatro dedos palmeados, al igual que los cormoranes y alcatraces.
Se alimentan de peces, y la mayoría vive en el mar. El pelícano es el único animal que traga agua salada y en su garganta la convierte en agua dulce para su consumo.
Como todas las aves actuales, los pelícanos no tienen dientes, pero si observamos su pico detenidamente, podremos observar una enorme “uña” al final de su pico, la cual utilizan para girar y acomodar sus huevos durante la incubación, pero igualmente la utilizan como un arma muy eficaz cuando se dan de picotazos.
Siendo aves cuyos ancestros surgieron hace 40 millones de años, la evolución ha dotado a los pelícanos de muy singulares características, como la inmensa bolsa flexible bajo su pico. Al zambullirse para pescar, ésta bolsa se expande varias veces su tamaño, absorbiendo hasta 10 litros de agua, misma que será expulsada antes de engullir a los peces que quedaron atrapados dentro.
El macho selecciona la ubicación del nido, y proporciona el material para su realización. La hembra por su parte se encarga de darle forma a su gusto y total satisfacción, teniendo siempre la última palabra. Ambos padres incubarán los huevos, atentos a los sonidos que desde antes de salir de su huevo emiten los polluelos, haciéndole saber a sus padres si tienen calor o frío. Los incuban de pie por 28 días, pero cuidarán de sus escandalosos pichones por 75 días, hasta que puedan valerse por sí mismos.
Los bestiarios medievales difundieron la creencia de que los pelícanos alimentaban a sus polluelos con su propia sangre, y por ello es habitual encontrar imágenes de pelícanos en el cuadrón de las cruces y en otros lugares, como símbolo del sacramento cristiano (católico y ortodoxo) de la Eucaristía. Es una imagen poética de Cristo que da a comer su propia carne y a beber su propia sangre. El nombre de “pelícano bueno” es muy utilizado para referirse a Cristo en la literatura y litúrgia católicas indicando el amor hasta el extremo que tuvo Jesucristo hacia todos los hombres.
También el pelícano es el ave simbólica de los rosacruces y de la francmasonería en el grado XVIII del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, poetizada en el sentido de que se abre el pecho para alimentar a sus polluelos, como emblema de la ley de sacrificio que se debe observar en la conducta para bien de la humanidad.