Para llegar a esta conclusión, los científicos compararon las puntuaciones que daban sujetos no estresados y sujetos estresados al visualizar los cuerpos de diferentes mujeres, que atendiendo a la escala de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Índice de Masa Corporal oscilaban entre el infrapeso y la obesidad. Los participantes que previamente a la prueba experimentaron estrés psicológico elegían un tamaño de cuerpo femenino significativamente más pesado como el más atractivo en comparación con el grupo de control.
Los científicos plantean la hipótesis que, dado que una función primordial del tejido adiposo es el almacenamiento de calorías, la grasa corporal sería percibida como un indicador clave de la disponibilidad de comida. Como consecuencia, cuando se producen situaciones en las cuales existe algún tipo de incertidumbre acerca de la disponibilidad de recursos, es normal que los individuos tiendan a ?idealizar a las personas de más peso ya que la gordura se asocia con el acceso a esos recursos". Y, evidentemente, en este contexto la delgadez "puede asociarse con una mayor incidencia de enfermedades y, en el caso concreto de las mujeres, con irregularidades en la ovulación y una capacidad menor de llevar adelante un embarazo". Los autores también sospechan que sentirnos estresados altera nuestra capacidad de empatía, lo que podría redundar en diferentes valoraciones sobre el nivel de atractivo de personas del sexo contrario.
Además, según los autores de la investigación, la experiencia del estrés puede llevar a idealizar los rasgos físicos más maduros en una pareja potencial, incluyendo el sobrepeso, porque se vinculan con una mejor capacidad para manejar el estrés ambiental.
Fuente: Muy Interesante
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