Al contrario que los mosquitos salvajes, estos mutantes sienten la misma atracción por un brazo con repelente que por otro sin él. Solamente cuando se posaban en la piel y entraban en contacto con el compuesto, el producto les repelía y no llegaban a picar; mientras que los mosquitos normales ni si quiera se acercaban porque olían el DEET desde lejos, según se hace eco la agencia SINC.
Los experimentos se realizaron con el mosquito Aedes aegypti, un peligroso transmisor del dengue y la fiebre amarilla que ha desarrollado evolutivamente preferencia por los humanos. “Nuestro trabajo proporciona una información importante para crear herramientas que impidan la fuerte atracción de los mosquitos por las personas”, asegura Vosshall.
Fuente: Muy interesante
Seguir a @Culturizando
Culturizando no se hace responsable por las afirmaciones y comentarios expresados por sus columnistas, anunciantes o foristas; y no reflejan necesariamente la opinión de la misma.
Culturizando se reserva el derecho a eliminar aquellos comentarios que por su naturaleza sean considerados ofensivos, injuriantes, fuera de la ley o no acordes a la temática tratada.
En ningún momento la publicación de un artículo suministrado por un colaborador, representará algún tipo de relación laboral con Culturizando.
Tweet