Mandela fue a prisión por desafiar las leyes de segregación racial bajo las que vivían y por su involucramiento en el partido militar Congreso Nacional Africano (CNA), una organización política de izquierdas que tenía como misión derribar el régimen racista sudafricano.
En junio de 1961, los dirigentes del ANC deciden iniciar la lucha armada tras la matanza de Sharpeville. Mandela es elegido como máximo dirigente y estuvo involucrado en el planeamiento de actividades de resistencia armada, llegando a ser considerado terrorista.
En enero de 1962 abandonó Sudáfrica y poco después viajó a Argelia, donde recibió entrenamiento para la lucha guerrillera, y por último a Londres, donde es aconsejado sobre posibles soluciones para su país.
Regresó a su país en julio de 1962 y fue detenido el 5 de agosto, juzgado por abandono ilegal del país, sabotaje y conspiración recibió la condena, junto a otros dirigentes del CNA, de cadena perpetua.
Durante sus años de prisión llegó a licenciarse en Derecho por correo en la Universidad de Londres continuando con su lucha política. Llego a ser una autoridad moral de primer nivel para de toda la opinión pública mundial.
Pasó dieciocho años en la prisión de máxima seguridad de la isla de Robben, antes de ser trasladado a la de Pollsmoor en 1982, año en el que se inició una campaña internacional en favor de su liberación. Fue liberado en febrero de 1990 con la llegada al gobierno de Frederik de Klerk.
Mandela es considerado como uno de los símbolos de la lucha por los derechos humanos en el mundo y de resistencia contra la represión de la libertad de pensamiento. Llegó a ser presidente de Sudáfrica a través de las primeras elecciones democráticas por sufragio universal en el país en 1994 y su objetivo primordial era tener una democracia multirracial en Sudáfrica.
Una colaboración de Michelle González @michelle9790 para @Culturizando
Tweet