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miércoles, 2 de diciembre de 2015

La curiosa Historia de la máquina de afeitar

Antes de que se inventaran las maquinas de afeitar tal y como las conocemos hoy en día, los hombres usaban las navajas de afeitar o barberas. Estas navajas aún se usan y fabrican en varios países, aunque no son muy populares, pues su uso correcto requiere una mano diestra y mayor cuidado.


La primera maquina de afeitar que realmente proporcionaba seguridad y protección durante el afeitado fue inventada por el estadounidense King Camp Gillette a finales del siglo XIX. King C. Gillette era un hombre viajero, que se afeitaba a diario y ponía en peligro su rostro cuando se afeitaba en el trepidante lavabo de un tren.

Gillette, mientras trabajaba para una empresa fabricante de tapones de botellas, tuvo la idea de fabricar un producto que fuera usado pocas veces y tuviera que ser desechado. Las navajas de afeitar de ese entonces eran caras y requerían afilado constante; una cuchilla de afeitar que se desechara al perder su filo se convertiría en una necesidad a la vez de ser un negocio muy lucrativo.

Las maquinas que proporcionaban protección durante el afeitado ya se habían fabricado a mediados del siglo XIX, pero aún usaban una navaja forjada. La primera verdadera maquina de afeitar la inventaron los hermanos Kampfe en 1888. Esta se caracterizaba por proteger la cuchilla del contacto excesivo con la piel. Sin embargo, sólo usaba una cuchilla que tenía que ser retirada para después afilarse. Gillette mejoró estos diseños e introdujo la nueva cuchilla de afeitar altamente lucrativa.

Para vender su producto, Gillette fundó la American Safety Razor Company el 28 de septiembre de 1901, que pasó a ser Gillette Safety Razor Company en julio de 1902. Estas antiguas maquinas de afeitar usan una sola cuchilla, en contraste con las maquinas modernas multihoja.

Durante la Primera Guerra Mundial, Gillette contrató con las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos el suministro de maquinas y hojas de la marca Gillette a cada hombre enlistado para ir a Europa. Al terminar la guerra, alrededor de unos 3,5 millones de maquinas y 32 millones de cuchillas de afeitar fueron entregadas a militares jóvenes, haciéndolos cambiarse al afeitado con maquinillas Gillette.

Gillette fabricó cuchillas de acero al carbono hasta los años 1960. Éstas se oxidaban muy rápidamente y requerían ser reemplazadas con frecuencia. En 1965, la compañía británica Wilkinson Sword empezó a vender cuchillas de acero inoxidable, las cuales se podían usar hasta perder completamente su filo. Con esto Wilkinson Sword capturó rápidamente los mercados británico y europeo, forzando a Gillette a fabricar cuchillas de acero inoxidable para poder competir; hoy en día casi todas las cuchillas de maquinas son de acero inoxidable.

@Culturizando



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