1. Sin aditivos químicos
A todos les encanta alimentarse de forma sana y saludable, y ambos requisitos son reunidos por los alimentos orgánicos. Estos se obtienen de procedimientos tradicionales, lejos de los aditivos químicos y las sustancias de origen sintético, lo que reporta una mayor calidad en el producto final. En la obtención de los alimentos orgánicos tan solo pueden interferir elementos naturales, y eso lo notarás gratamente en la calidad y el sabor de la comida que llega a tu plato. Consumir orgánico es una apuesta segura por la salud, que se ve recompensada por el buen gusto del producto.
2. Mejorar el sistema inmunológico
Alimentarnos con comida orgánica mejora sustancialmente tu sistema inmunológico. Este tipo de comida te fortalece y dificulta la aparición de posibles enfermedades provocadas por una mala alimentación. Tu cuerpo agradecerá con salud una dieta en la que este tipo de comida esté presente, dejando a un lado a los alimentos transgénicos que encuentras diariamente en los supermercados de todo el mundo, y que sólo aportan un descenso de la calidad del producto que compras. Si comienzas a optar por lo orgánico, notarás un cambio para mejor.
3. Cuidar el ambiente
Optar por los alimentos orgánicos promueve la conservación del medio ambiente, ya que para obtenerlos no hay que recurrir a productos químicos que pueden deteriorar la calidad del suelo en el que se producen las frutas y verduras. La producción de esta comida es mucho más sostenible y facilita la pervivencia de un tipo de agricultura más tradicional, alejada del poco natural y masificado proceso de algunas empresas agrícolas. Comer orgánico significa cuidar el entorno natural en el que vivimos, y eso juega a favor de todos. Además, los animales también se verán beneficiados de un lugar menos artificial, donde poder vivir y alimentarse dignamente.
4. Alimentos con estética "realista"
La estética de este tipo de alimentos es real. Están llenos de colores, texturas y sabores que la comida transgénica no puede aportarte. Son alimentos óptimos en su apariencia, sin que haya tenido que aparecer ningún proceso externo a la naturaleza para su obtención. El intenso color rojo de un tomate, la firme textura de una fruta, el sabor ineludible de una hortaliza o el tamaño natural de una verdura son cosas que sólo te puede dar la propia tierra que se cultiva como tus antepasados lo hacían. Ningún proceso químico puede igualar esa sensación para el paladar y la vista.
5. Impulsar la agricultura tradicional
No sólo obtendrás beneficios saludables y sabrosos, sino que ayudarás a pequeños agricultores y sus familias a seguir viviendo de la agricultura tradicional. Normalmente, este tipo de productos son cultivados por grupos reducidos de personas, quiénes tratan con especial dedicación pequeñas tierras de las que saldrán estos productos de calidad. Consumirlos seguirá permitiendo a estos trabajadores seguir subsistiendo con un negocio que se ha ido perdiendo progresivamente por la irrupción de las grandes empresas alimenticias, las cuales han acabado con la existencia de muchos agricultores.
6. Pasan rigurosos procesos de calidad
Los alimentos orgánicos pasan numerosos y rigurosos procesos de calidad, por lo que cuentan con un sello distintivo frente al resto de comida que se puede comprar consumir. Por tanto, aunque su coste pueda resultar un poco más alto que el resto de alimentos, lo cierto es que la calidad implícita que llevan, y el minucioso estudio por el que deben pasar antes de llegar a tu hogar, hacen que el incremento del precio sea entendible para el consumidor, quien busca la calidad de la comida por encima del costo.
7. También hay carne orgánica
No sólo la fruta y la verdura pueden tener un proceso orgánico. También la carne de vaca o el pollo pueden llegar a nuestra mesa sin que los animales hayan sido alimentados con piensos transgénicos o antibióticos de dudosa procedencia. Eso hará que la carne de estos alimentos sea de una mayor calidad, con un sabor que los animales alimentados de una forma menos natural no lograrían. Los animales con carne orgánica suelen campar libres y en unas condiciones salubres mucho mayores, algo que notas cuando degustas cualquier filete procedentes de ellos.
8. Contribuir a la prevención el calentamiento global
Entre los beneficios ambientales de optar por los alimentos orgánicos está el de reducir el calentamiento global, un mal que amenaza con hacer más precario el futuro de nuestras vidas. El mundo corre el peligro de ir aumentando progresivamente su temperatura, y sufrir daños irreparables para su ecosistema. Consumir alimentos que se han obtenido de forma natural contribuirá a que el mundo sea un lugar mejor y no sufra las consecuencias de una elaboración masiva de comida transgénica, que utiliza sustancias nocivas para el medioambiente.
9. Comer como lo hacían tus abuelos
Tus abuelos disfrutaban de productos naturales, de un entorno más saludable que hoy día. Poder comprar comida con esa esencia es lo que te propone la alimentación orgánica. Si optas por consumir productos artificiales, te estarás alejando de esta posibilidad, y perderás todas esas cualidades que te brinda el comer de una forma más natural. Es como hacer un viaje en el tiempo hacia una época más natural y menos contaminada.
10. Comer alimentos de temporada
Comer orgánico significa comer de temporada: nada de comer una naranja cuando no sea su época, o una verdura cuando no corresponda. Comiendo los alimentos en su etapa natural del año ganarás sabor y autenticidad, ya que los alimentos disponibles en el supermercado todo el tiempo se alejan de la realidad y no poseen los elementos propios del verdadero producto en cuestión. Esto acerca a un consumo más real, en el que sólo se obtienen alimentos de calidad en su original momento del calendario.
Fuente: Ehow
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