1. Fomenta la procreación
Según la filematología –la ciencia que estudia los besos–, aunque no se sabe bien a ciencia cierta cuándo comenzamos a besarnos, se entiende que el contacto boca a boca hace que nos podamos pasar información esencial para saber si elegimos correctamente a nuestra pareja, enviar señales químicas y fomentar las relaciones a largo plazo. Todo esto es fundamental para el fin primordial de la naturaleza: procrear.
Nosotros no nos damos cuenta de eso, ya que las encargadas de transmitir esa información en gran medida son las feromonas. Aunque los órganos vomeronasales encargados de detectar las feromonas están inactivos en nosotros, igualmente nos comunicamos por hormonas mediante los besos. En general, las mujeres eligen mediante esta acción al hombre que tenga un sistema inmune diferente al propio para “mejorar la especie”.
2. Hombres y mujeres besan de forma distinta
Sin duda alguna, los hombres y las mujeres dan una importancia diferente a los besos. Mientras que las mujeres necesitan haber besado a un hombre antes de tener relaciones sexuales, los hombres pueden tener relaciones sin haber besado a nadie o con alguien que besaba mal. Esta diferencia se debe a que las mujeres son más selectivas a la hora de elegir con quién procrearse.
Además, los hombres son propensos a iniciar con beso francés, ya que la saliva tiene testosterona, que puede aumentar la libido; y además recogen los niveles de estrógenos de la mujer, que indican su fertilidad.
3. Besarse hace bien
Besarse hace bien, ya que libera un montón de químicos que ayudan a reducir el estrés y aumenta el vínculo social. La oxitocina y el cortisol cambian cuando dos personas se besan: los niveles de cortisol disminuyen, mientras que la oxitocina sólo aumenta en los hombres.
4. Besarse aumenta el vínculo entre dos personas
Besarse une a la pareja, ya que involucra los tres tipos principales de atracción que tienen los seres humanos: la atracción sexual –regida por la testosterona–, el amor romántico –que se rige por la dopamina– y el apego –que consiste en productos químicos como la oxitocina que fomentan la unión–. Por tanto, besarse ayuda a mantener una pareja a largo plazo.
5. ¿Besos? A la derecha, siempre
Aunque besarse ayude a intercambiar información genética, también está directamente relacionado con nuestra cultura: el 10% de la población mundial no besa. Pero también hay algo innato: sin importar otras diferencias culturales, el lado al que nos giramos cuando besamos siempre es la derecha. Esta asimetría conductual está relacionada con el hecho de que siempre giramos la cabeza hacia la derecha en nuestras últimas semanas de gestación y lactancia.
Fuente: OjoCientifico
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