Sentidos como el gusto o la vista tienen establecida una escala sistemática multidimensional que ayuda comprender la percepción. Y ahora también el olfato.
Los investigadores sostienen que el mundo de los olores está estructurado y organizado en unas pocas categorías que han identificado utilizando un conjunto de algoritmos estadísticos.
El estudio, realizado sobre una base de datos con 146 descriptores olfativos, clasifica el espacio de percepciones olfativas en al menos diez dimensiones básicas, diferenciadas en fragancia floral, leñosa o resinosa, frutal no cítrico, olor químico, mentolado o refrescante, dulce, quemado o ahumado, cítricos, y dos tipos de hedores nauseabundos: descompuesto y rancio.
"Las categorías son aproximadas. Lo importante es la magnitud y que las cualidades de cada olor son independientes", explica a SINC Jason Castro, investigador de la Universidad de Bates (Maine, EE.UU.) y uno de los autores del estudio.
Manuel Zarzo, profesor de la Universidad Politécnica de Valencia que también analizó esa misma base de datos en el año 2005, considera que el estudio elaborado por Castro y sus colegas es muy exhaustivo aunque con algunas puntualizaciones. "Las técnicas estadísticas utilizadas y la metodología son muy completas, aunque las dimensiones que establecen son bastante generales y algunas se podrían subdividir".
Para el profesor de la UPV, el rango más coherente para constituir las categorías se situaría entre 10 y 30 dimensiones.
"Somos cautelosos respecto a nuestra investigación. No estamos diciendo que hayamos resuelto las categorías del olfato, más bien que hemos establecido un modelo interesante capaz de establecer las cualidades olfativas", comenta Jason Castro.
Según los autores del estudio, hasta la fecha, el sentido del olfato no disponía de un sistema estadístico tan completo que facilitara su comprensión, a diferencia de otros como el gusto o el oído. "Sabemos que en el gusto existen cinco cualidades básicas que organizan las sensaciones percibidas, pero enumerar los tipos de olor era una pregunta abierta", dice Castro.
El estudio ha descrito un conjunto de categorías olfativas que se identifican de una manera estadísticamente rigurosa, sin hacer suposiciones. "Hemos utilizado técnicas estadísticas y matemáticas para ver cómo podemos organizar los datos y los olores", recalca el autor del estudio.
Los científicos utilizaron estos modelos sobre la base de datos pública Atlas of odor character profiles, publicada por Andrew Dravniek en 1985, que consta de 146 descriptores olfativos y 160 muestras.
Además, han aplicado un modelo de estructuras químicas para predecir qué tipo de olor va a tener un compuesto en función de su estructura molecular. “Es un reto para la ciencia actual, ya que nadie lo ha conseguido todavía”, señala el profesor Manuel Zarzo. En esta novedad pueden estar muy interesadas empresas de cosmética, perfumería y alimentación, entre otras.
Fuente: tendencias21
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