Margaretha ocultaba su verdadera identidad y contaba que su madre había muerto al nacer ella, con tan sólo 14 años y que los sacerdotes que se hicieron cargo de ella la adoptaron y le pusieron de nombre Mata-Hari,que en malayo quiere decir algo así como “ojo del día”.
Contaba también que fue en la pagoda de la diosa Siva donde aprendió las danzas secretas de las que partía su hipnotizante sensualidad.
Muy avariciosa y amante de los lujos y la buena vida, lo cierto es que el mito romántico que se ha creado a su alrededor dista mucho de lo que fue en realidad. Mata Hari era una mujer ambiciosa a la que le gustaba disfrutar del momento y que vio en el espionaje, tanto a un bando como al otro, la posibilidad de sacar el mayor provecho posible.
Un matrimonio fallido, dos hijos de los que no pudo, o no supo, disfrutar, (el primero murió en extrañas circunstancias y la segunda se quedó con su padre tras el divorcio), quedaron atrás cuando decidió transformarse en Mata Hari.
Su ambición la llevó a la perdición. Cuentan que los propios alemanes, con los cuales se había estrenado como espía, le tendieron una trampa que la delató ante los franceses una vez que descubrieron su traición. En 1917 fue detenida y acusada de doble espionaje y de haber causado la muerte a miles de soldados.
Fue fusilada el 15 de octubre de 1917, a los 41 años de edad. Hay quien cuenta que, momentos antes de producirse los disparos, se despojó de su abrigo y se quedó totalmente desnuda. Lo que sí se ha demostrado es que de 12 disparos, sólo 4 dieron en el blanco, impactando uno en su corazón, lo que le produjo la muerte instantánea.
Fuente: Sobre Fotos
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