Resulta que un par de siglos atrás a los funcionarios de la justicia francesa se les decía loros ya que utilizaban sobre sus cabezas ornamentos que tenían bastante semejanza con estas aves. Con el paso de los años, esta palabra se colocó dentro del acervo popular y la palabra peluca traspasó los claustros judiciales para formar parte del habla coloquial.
Seguir a @Culturizando
Tweet