Se estudiaron dos grupos de visones (especie cercana a los hurones), uno en jaulas pequeñas y otro en jaulas largas y con objetos estimulantes. A ambos grupos se les presentaron estímulos atractivos y otros amenazadores o indeseables.
Los visones que vivían en espacios confinados ingerían más alimentos y pasaban más tiempo acostados u ociosos. Además, se acercaban incluso cuando se les presentaba un objeto peligroso, en búsqueda de un estímulo.
El estudio pretende encontrar más consecuencias y riesgos del aburrimiento. Por lo pronto, comer más, y sin hambre, es un riesgo de obesidad, y aún más por el hecho de estar sedentarios. Enfrentar a estímulos peligrosos, sólo por matar el aburrimiento, tampoco es una alternativa inteligente.
@HoyVerde
Fuente: ecoosfera.com
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