Como si se tratase del palacio de Oz pero subterráneo y en un reino desolado por catástrofes apocalípticas, un grupo de millonarios impulsa la construcción en Kansas de un suntuoso complejo departamental sepultado a 53 metros bajo tierra.
El imponente condominio soportará explosiones nucleares, ataques terroristas, colapsos económicos, crisis alimentarias y prácticamente cualquier escenario hipotético de caos y destrucción. Afuera las muchedumbres apestadas y hambrientas podrán estar despellejándose entre sí, pero adentro campeará un ambiente apacible en el que se podrá vivir serenamente mientras cesa el conflicto y todo se apacigua.
El precio de cada apartamento en este paraíso soterrado oscila entre el millón y los dos millones de dólares, mismo que ya algunos compradores han cubierto para tener asegurada su supervivencia ante los tiempos difíciles que según algunos se avecinan inevitablemente.
Se espera que además de la energía el lugar sea autosuficiente también en lo que respecta a la alimentación, si no permanentemente sí durante un período más que suficiente en el que los condóminos podrían abastecerse sin necesidad de salir al exterior. Según la estimación primera, una granja interior podría proveer de vegetales y pescado a 70 personas por hasta 5 años.
Pero el lujo, por definición, va más allá de lo necesario, por lo cual este búnker contará también con cine, biblioteca y piscina, además de instalaciones que en caso de emergencia (el “modo clausura”) pueden convertirse en un hospital y una escuela. Asimismo, todos estos servicios, comenzando por el de el elevador que dará acceso a todas las zonas del lugar, estarán controlados por un sistema que reconocerá únicamente las huellas digitales de los propietarios, además de otros métodos de vigilancia preventivos y de acción efectiva contra posibles intrusos.
@Culturizando
Fuente: pijamasurf.com
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