De esta necesidad surgió un invento de gran importancia y utilidad, imprescindible para descansar, realizar algunas actividades, compartir, viajar y tantas otras ocupaciones. Si bien hay diferentes tipos y modelos de sillas, de variados materiales, lo esencial es que sirve para sentarse, tiene un respaldo, un asiento, y en su mayoría cuatro patas, y que está pensada para una sola persona.
El término con que se la designa proviene del latín 'sella', que deriva del verbo 'sedere': "sentarse".
Los documentos obtenidos de las sillas usadas en Egipto, aparecen en jeroglíficos pintados en las paredes de las cámaras sepulcrales, donde se muestra a hombres y mujeres sentados en sillas con respaldos.
Los diferentes muebles u objetos para mantenerse en reposo o sentado, ha variado de acuerdo a los países, las culturas, los estilos y las modas.
En ciertas culturas es común sentarse en el suelo o con numerosos cojines; mientras que en otros se utilizan una variedad de asientos, como sillas, sillones, sofás, divanes, butacas, escaños, taburetes, bancos, hamaca, plegadizas, apilables, de ruedas para discapacitados, etc.
En el Imperio Romano se realizaban sillas de marfil. Los magistrados usaban sillas a las que se denominaban "curules".También existían los "scammun", que eran una especie de tarimas con respaldo.La civilización griega dejó varias muestras del uso de la silla en esculturas, desde el Siglo de Pericles. Incluso Homero cita la silla de Penélope, de marfil y plata.
Durante su evolución muchos fueron los materiales utilizados en la construcción de las sillas, desde la piedra, pasando por el marfil, los metales, incluso los preciosos, la madera, con accesorios de cuero, tela, tapices, loneta, vinilo, y otras opciones que la imaginación de los diseñadores puedan poner en práctica.
Cada siglo tuvo su estilo, algunos con cargados ornamentos y formas clásicas o barrocas, con o sin decoraciones y tallados, con respaldos muy altos, hasta los más pequeños; con patas en tijera, con un solo soporte central, con rosca de giro, con extrañas formas ergonómicas, hasta las más sencillas, incluso se ha llegado a popularizar también el "Puff" o "Sacco", creado en 1968 por Piero Gatti, Cesare Paolini y Franco Teodoro, asiento sin forma determinada, realizado en cuero o vinilo, relleno con pelotas de poliestireno.
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