Durante el período Nara (710a 784), se creó un sistema de alcantarillado en la capital Nara. Consistía en unas corrientes de agua de 10 a 15 cm de anchura donde el usuario se ponía en cuclillas con un pie a cada lado del flujo de agua. Se usaban palos de madera a modo de papel higiénico.
Los inodoros más antiguos de Japón también datan de ese tiempo. Se construían sobre un hoyo en el suelo de forma similar a una letrina. En los primeros tiempos se usaban algas para limpiarse, pero ya en el periodo Edo, se sustituyeron por papel higiénico hecho de washi (papel tradicional japonés). En las regiones montañosas se usaban también espátulas de madera y grandes hojas.
A menudo los inodoros se construían sobre una corriente de agua. Sin embargo, históricamente las letrinas eran más habituales, dado que eran más fáciles de construir y se podían usar las heces como fertilizante, algo muy importante en un país donde el budismo y su vegetarianismo asociado hacían reducir la dependencia en el ganado para comer. De hecho, los productos de desecho de la gente rica se vendían más caros debido a que su dieta era mejor.
Esta práctica se hizo mucho menos común tras la Segunda Guerra Mundial, tanto por razones sanitarias como por la proliferación de abonos químicos, pero todavía se pueden encontrar tierras fertilizadas con heces humanas. Históricamente Japón ha tenido unos estándares higiénicos muy por encima de, por ejemplo, Europa, y la limpieza de los desechos humanos era común, mientras que en Europa las aguas negras simplemente se tiraban a la calle durante gran parte de la historia del continente.
Durante el período Azuchi-Momoyama (1568 a 1600), se construyó la Alcantarilla Taiko alrededor del Castillo de Osaka, y todavía existe y funciona hoy día. El uso de sistemas modernos de alcantarillado comenzó en 1884, con la instalación de la primera alcantarilla de ladrillo y cerámica en Kanda (Tokio).
Se instalaron más sistemas de fontanería y alcantarillado tras el Gran terremoto de Kanto para evitar epidemias tras futuros terremotos. Sin embargo, la construcción de alcantarillas sólo aumentó tras la Segunda Guerra Mundial para dar abasto con los productos de desecho de los crecientes centros de población. En el año 2000, el 60% de la población estaba conectada al sistema de alcantarillado.
Los inodoros y urinarios de estilo occidental comenzaron a aparecer en Japón a comienzos del siglo XX, pero su uso sólo se extendió tras la segunda guerra mundial debido a la población americana. En 1977 la venta de inodoros occidentales excedió la de las tradicionales «placas turcas» japonesas. Basándose en los inodoros suizos y estadounidenses con bidé incorporado, la mayor compañía del mundo de fabricación de aparatos sanitarios, TOTO, presentó el Washlet en 1980. Las empresas japonesas producen actualmente algunos de los inodoros más avanzados y de más alta tecnología del mundo.
Los inodoros y las habitaciones que los contienen se conocen por varios nombres en japonés. El nombre más común es toire (トイレ). Toire es una abreviación de toiretto (トイレット), que es una palabra incorporada de la palabra inglesa toilet. Hoy día ambos términos se usan tanto para el inodoro como para la habitación en la que se encuentra.
Entre otras de las muchas palabras para habitaciones u otras estructuras que contienen inodoros, quizás el más común sea otearai (お手洗い?) (literalmente, ‘lavarse las manos’). Hablando con rigor, otearai se refiere al lavabo y es un equivalente al eufemismo que se usa en países hispanohablantes. También es habitual ver keshōshitsu (化粧室, literalmente ‘habitación del talco’), un término traducido del inglés.
El inodoro en sí mismo se llama benki (便器?) (‘dispositivo de excrementos’). El asiento del inodoro se denomina benza (便座?) (‘asiento de los excrementos’). Un orinal o una trona se llama omaru (a veces se escribe 御虎子).
La Asociación Japonesa del Inodoro celebra un día no oficial del inodoro el 10 de noviembre, porque en Japón los números 11/10 (para el mes y el día) se pueden leer ii-to(ire), que también significa ‘buen inodoro’.
@LaNotaCuriosa
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