Sus primeras obras de retratos, paisajes y escenas costumbristas están realizadas con una pincelada muy suelta, que se irá empastando progresivamente, al tiempo que tanto la perspectiva como las figuras se hacen arbitrarias.
Inicia su actividad artística en 1948 como ilustrador del periódico El Colombiano, al tiempo que participa en su primera exposición conjunta —Exposición de Pintores Antioqueños— Medellín 1948.
Entre 1953 y 1955 viaja a Francia, Italia y estudia en Florencia pintura al fresco, tras su regreso en 1955, permanece un año en Bogotá (donde su obra no tuvo buena acogida), otro año en México (conoce a Rufino Tamayo y José Luis Cuevas) y en 1957 visita Estados Unidos. Allí celebra su primera exposición individual en la Pan-American Union de Washington.
A los 26 años es nombrado profesor de pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá, en 1960 se instala en Nueva York y en 1973 fija su residencia definitivamente en París.
En principio sus obras revelan cierta admiración por el muralismo mexicano y la pintura del renacimiento italiano (Partida, 1954), pero más tarde estas influencias van desapareciendo en favor de un personalísimo estilo, en el que las figuras engordan y se deforman hasta cubrir en buena parte el lienzo (Prelado, 1959), los cuadros de esos años denotan la influencia del surrealismo.
Su afición por los toros le lleva en la década de 1980 a dedicarse casi en exclusiva a este tema (La pica, 1984, El quite, 1988). La misma voluptuosidad e ingenuidad que caracteriza su pintura, se encuentra en la escultura cuya producción se inicia en París en 1973, se trata en su mayor parte de figuras y animales de tamaños grandiosos y desproporcionados de gran singularidad (Venus (1977), Perro (1981), Soldado romano (1986), entre otros), realizados en bronce, mármol y resina fundida.
En 1992 Montecarlo y los Campos Elíseos de París acogieron una Exposición de Escultura Monumental, y el Gran Palais (París) otra sobre toros, La Corrida. El tratamiento exagerado en sus proporciones de la figura humana es hoy una de las características inconfundibles de su obra, que ha sufrido pocas variaciones desde sus comienzos. En la actualidad vive entre París, Nueva York y Bogotá.
Título: El Baño
Autor: Fernando Botero
Año: 1989
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Medidas: 249 x 205 cm.
Ubicación: Colección del artista
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