Quienes padecen esta patología experimentan muchas dificultades en su vida cotidiana, ya que su miedo es a enfrentar cualquier situación donde deban interactuar con otras personas. Temen ser el centro de la atención, ser mirados y criticados, experimentan una terrible ansiedad cuando deben conocer personas nuevas y se sienten muy incómodos en lugares llenos de gente.
Esta fobia a menudo comienza en la adolescencia como un miedo de ser mirado y juzgado por otras personas, y lleva a evitar situaciones sociales. A diferencia de lo que sucede en la mayoría de las fobias, la fobia social es igualmente común en hombres y mujeres. El desorden puede estar circunscrito (por ejemplo, restringido a las interacciones con el sexo opuesto, a comer en público, a hablar en público) o puede ser global, involucrando prácticamente toda situación social fuera del marco de la propia familia.
La fobia social a menudo está acompañada por baja autoestima y miedo a las críticas. El contacto visual directo puede ser particularmente estresante en algunas culturas. El desorden puede presentarse al principio como rubor, temblor de manos, náuseas o urgencia para orinar –la persona cree que una de estas manifestaciones de ansiedad es el problema principal. Los síntomas pueden progresar hasta llegar a ser ataques de ansiedad y pánico en la presencia de otros. Evitar a las otras personas puede ser una conducta extrema, y puede resultar en un completo aislamiento social.
Se le conoce tambien como Fobia Social.
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