A pesar de lo que muchos creen, el bombillo no fue inventado por Thomas Alva Edison. Si bien es cierto que Edison presentó el 21 de octubre de 1879 una lámpara práctica y viable, que lució durante 48 horas ininterrumpidas, el químico Sir Joseph Wilson Swan, un británico, es el verdadero inventor del bombillo (o bombilla).
Lo que hizo Edison fue tomar el invento de Swan (que aún no había sido patentado), en el cual entraba oxígeno y los filamentos se quemaban, y trabajó hasta que consiguió un tipo de material con el cual el filamento no se quemara y luego lo patentó, haciendo creer al mundo entero que el invento original era de él.
No es sorprendente que todo el mundo piense que Edison, el inventor más prolífico de la historia, que tiene 1.903 patentes (un récord que nadie ha superado), inventó la lámpara incandescente o bombilla.
Cuando tenía 32 años, durante ochocientos días y ochocientas noches, secundado por sus más fieles colaboradores, tuvo la paciencia de ensayar seis mil fibras diferentes: vegetales, minerales, animales y aún humanas, pues hasta un pelo de la barba rojiza de uno de sus asistentes se utilizó en los experimentos.
Después de patentar y dar a conocer la bombilla eléctrica, Edison se dedicó a perfeccionarla y a fabricar también la dinamo para generar la corriente eléctrica directa que necesitaba para encender la bombilla. Es decir que su contribución a este invento es casi tan grande como la idea misma.
Recorriendo la historia del bombillo nos encontramos con varios científicos e inventores que dieron grandes pasos al igual que Swan y el mismo Edison. Otro de los primeros en patentar una especie de bombillo fue Humphry Davy el 27 de enero de 1880 (patente número 223.898). Varios fueron los inventores que desarrollaron modelos que funcionaban en laboratorios: Nicola Tesla, Henry Woodward, Mathew Evans, James Bowman Lindsay y William Sawyer; ellos con sus ideas dieron grandes aportes al bombillo.
Es oportuno recordar, que el alemán Heinrich Goebel ya había registrado su propia bombilla incandescente en 1855, mucho antes que Thomas A. Edison. Tiempo después, pero también antes que a Edison, el 11 de julio de 1874 se le concedió al ingeniero ruso Alexander Lodygin la patente nº1619 por una bombilla incandescente. El inventor ruso utilizó un filamento de carbono.
El bombillo es uno de los inventos más utilizados por el hombre desde su creación hasta la fecha. Según un ranking de la revista Life es el segundo más útil de las invenciones del siglo XIX. La comercialización del bombillo por parte de la compañía de Thomas A. Edison estuvo plagada de disputas de patentes con sus competidores.
En torno a 1914 los bombillos sufrieron una fuerte reducción de su vida útil, disminuyendo su duración de las 2500 a las 1000 horas. El bombillo se convirtió así el primer objeto de consumo víctima de la obsolescencia programada. El cartel de productores, participado entre otros por Philips, Osram y Zeta, llegó a un acuerdo de colusión para fomentar la adquisición de bombillos reduciendo conscientemente su duración.
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