Entre los que aseguraban haberlo presentido o visto, estuvieron el presidente Truman o las primeras damas Roosevelt y Coolidge. Incluso, durante una visita oficial, la reina Guillermina de Holanda (1880-1962) se desmayó al ver el fantasma de Lincoln (quien, dicho sea de paso, ya era bastante horroroso, con perdón, de vivo) paseando por los pasillos de la Casa Blanca.
Por Ángel Daniel Fernández @andafero
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