Para empezar, ambos fueron elegidos congresistas en 1847 y 1947, respectivamente, y designados presidentes en 1860 y 1960. Los dos medían 1,83 metros de estatura y sus apellidos tienen siete letras. Sus secretarios, apellidados, respectivamente, Kennedy y Lincoln, les aconsejaron no ir a lugares donde ambos fueron asesinados.
Los dos magnicidios ocurrieron en viernes, y ambos estadistas recibieron balazos en la cabeza, disparados desde atrás y en presencia de sus mujeres (las cuales, por cierto, perdieron un hijo durante su estancia en la Casa Blanca).
El asesino de Lincoln, Booth, disparó sobre él en el teatro Ford y se escondió en un almacén. El de Kennedy, Oswald, le disparó cuando viajaba en un automóvil de la marca ‘Ford’ (modelo ‘Lincoln’) desde un almacén, ocultándose en un teatro.
Los magnicidas, cuyos nombres completos tenían quince letras en cada caso, eran sureños y habían nacido en 1839 y 1939, y ambos fueron asesinados a su vez horas después de cometer los magnicidios (sin haber confesado su autoría).
Los dos presidentes fueron sucedidos por los vicepresidentes Andrew y Lyndon Johnson, que eran senadores, demócratas sureños y nacieron respectivamente en 1808 y 1908.
Por Ángel Daniel Fernández @andafero
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