Esta sustancia, un neurotransmisor que ayuda a transmitir mensajes una y otra vez entre los nervios del cuerpo, es la responsable de que la clásica frase repetida por todas las madres de “cuanto más te rasques, más te picará” haya cobrado peso científico.
Los científicos bloquearon la producción de serotonina (obstruyendo el receptor 5HT1A) de un grupo de ratones de laboratorio a los que se les había inyectado previamente una sustancia que provoca picores. Otro grupo de ratones fue asignado como grupo de control y no se les bloqueó la producción de serotonina. Tras comparar las reacciones de los roedores descubrieron que los que no producían serotonina se rascaban mucho menos.
“Rascarse puede aliviar el picor creando un pequeño dolor en la piel. El cuerpo responde al dolor liberando serotonina, que aumenta la sensación de picazón. La serotonina está implicada en el crecimiento, el metabolismo óseo y en la regulación del humor, y su bloqueo eliminaría la forma natural de controlar el dolor”, afirma a Sinc Zhou-Feng Chen, líder del estudio.
Este descubrimiento ayudará a encontrar una cura para las personas que experimentan picor crónico, así como para romper ese “círculo vicioso” que se produce cuando nos pica algo y nos rascamos.
Con información de Muy Interesante
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