Los trabajadores del faraón dejaron de trabajar y se dirigieron al Rameseo, donde descansaban los restos de Ramsés II, lugar donde también se encontraban los graneros. Los obreros cansados, sedientos y hambrientos amenazaron con dirigirse directamente al visir y al faraón.
Los funcionarios del templo, atemorizados por las amenazas, decidieron distribuir la comida que los obreros les exigían, correspondientes a la ración mensual. Tras tres días de huelga, por fin recibieron del visir 50 sacos de trigo.
Luego de obtener lo que buscaban, los obreros y artesanos volvieron a la necrópolis y siguieron trabajando.
Con información de: wikiopedia | agencias | muy interesante
@LaNotaCuriosa
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