Los hallazgos arqueológicos indican que, por ejemplo, en las de Riotinto (Huelva), la actividad no prosiguió más allá del año 420. Y en la Lusitania, yacimientos importantes como el de Vipasca, también aurífero, experimentaron un descenso de la actividad hasta su total abandono a finales del siglo IV. En definitiva, hacia el año 400 muchos filones habían dejado de explotarse.
Fuente: Muy Interesante
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