Después de una experiencia religiosa en 1654, Pascal abandonó las matemáticas y la física para dedicarse a la filosofía y a la teología, y en este periodo publicó sus dos obras más conocidas: Las Lettres Provinciales (Cartas provinciales) y Pensées (Pensamientos).
El pensamiento de Pascal puede ubicarse dentro de la concepción del racionalismo antropológico, porque considera, al igual que dicha teoría, que el hombre se compone de cuerpo y alma. Señala, también, que el hombre conoce el universo a través del pensamiento, al igual que lo hace con otras facultades, como el "corazón".
Hoy para recordarlo te traemos algunos de sus mejores frases y pensamientos:
«Sabed que el hombre supera infinitamente al hombre.»
«¿Por qué me matas? ¿Y qué, no estás al otro lado del agua? Amigo mío, si estuvieras de este lado sería injusto matarte y yo sería un asesino. Pero, como estás al otro lado, esto es justo y yo soy un valiente. ¡Bonita justicia la que tiene por límite un río!»
«Dos excesos: excluir la razón, no admitir más que la razón.»
«El hombre está lleno de necesidades; y no ama sino a aquellos que pueden satisfacerlas todas.»
«Justicia, fuerza. Es justo que lo justo sea obedecido, es necesario que lo más fuerte sea obedecido. La justicia sin la fuerza es impotente; la fuerza sin la justicia es tiránica; la justicia sin fuerza encuentra oposición, porque siempre hay malvados; la fuerza sin la justicia es indeseada. Hay, pues, que unir la justicia y la fuerza, y conseguir así que lo justo sea fuerte, y que lo fuerte sea justo.»
«La justicia sobre la fuerza, es la impotencia, la fuerza sin justicia es tiranía.»
«Lo último que uno sabe, es por donde empezar.»
«He redactado esta carta más extensa de lo usual porque carezco de tiempo para escribirla más breve.»
«Aquel que duda y no investiga, se torna no sólo infeliz, sino también injusto.»
«Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo.»
«Una de las principales enfermedades del hombre es su inquieta curiosidad por conocer lo que no puede llegar a saber.»
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