Su duración no tiene por qué ser exactamente un minuto, a veces se suele acortar o alargar según lo que se esté conmemorando. Durante este tiempo de luto, algunas personas, además de permanecer en silencio, realizan otros gestos como ponerse de pie, quitarse los sombreros, bajar la cabeza y/o rezar. A veces, este minuto de silencio se acompaña con música, y normalmente suelen acabar en un aplauso general.
Pero, ¿cuál es el origen de este acto? Todo se remonta a 1919. El soldado australiano Edward George Honey, que combatió por el ejército británico en la Primera Guerra Mundial, propuso a los ingleses guardar dos minutos de silencio a las 11 horas del 11 de noviembre para conmemorar el primer aniversario del tratado de armisticio, una idea que contó con el apoyo del rey Jorge V.
El tratado de armisticio marcó el final de la Primera Guerra Mundial, fue firmado el 11 de noviembre de 1918 en la “hora undécima del undécimo día del undécimo mes”.
Fuente: No sabes nada
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